Acabamos de empezar el año y, probablemente, para algunos y algunas, el resumen afectivo-sexual de 2018 no haya ido tan bien como se había planteado en un primer momento. Por ello, es probable que te hayas planteado como propósito para 2019 mejorar este resultado.
Uno de los principales problemas que tenemos casi todos, sin importar si somos hombres o mujeres, suelen darse en la primera cita y es que parece que, con el paso de los años, este tema nos cueste más. Puede tener mucho sentido que inconscientemente uno mismo se haya llegado a «sabotear» un primer encuentro con otra persona debido a los nervios.
Y tú dirás «pues sí, y no entiendo el por qué ya que esto antes no me sucedía.» Algunos no somos adolescentes ni estamos entrando en la veintena, sabemos más sobre lo que queremos y conocemos el hecho de que la persona con la que vamos a quedar también tendrá sus exigencias y preferencias. Por ello, nunca vienen más tener en cuenta algunos trucos para que tu primera cita sea un éxito.
Comportamiento
En una primera o segunda cita no solo cuenta la conversación (que también, ya entraremos en ella más adelante) sino los detalles que puedan hablar de ti. Esto significa que cosas como llegar puntual e ir con la vestimenta acorde, suma puntos. No digo que te pongas de punta en blanco, eso podría espantar a cualquiera pero trata de no mancharte de camino al sitio concreto.
La actitud, punto importante. Aunque te estén comiendo los nervios por dentro, trata de mostrarte lo más seguro o segura posible. La seguridad es sexy y eso es un hecho, cuando observas que una persona, pese a no ser perfecta (como nos sucede a todos), se muestra de forma confiada y capaz de comerse el mundo, sin ser prepotente, probablemente quieras tenerla en tu vida.
Las sonrisas, los gestos, la naturalidad… No importa como seas, incluso si eres una persona seria, si te comportas tal y como eres, sin intención de alterar tu personalidad o tu forma de moverte incluso, conseguirás trasmitírselo a tu pareja y se conseguirá sentir cómoda.
Ahora sí, los temas de conversación. Es importante pensar levemente en ellos antes de ir a la cita para evitar quedarte en blanco. No tienes que llevar un guión estudiado, ni tienen que seguir un orden pero no está mal conocer un esquema básico que puede ir entremezclándose.
Aficiones
A todos nos gusta que quieran conocernos en estas situaciones y que quieran saber qué hacemos en nuestro tiempo libre, qué cosas nos motivan o nos causan un interés especial. Si coincidís, perfecto y si descubres algo que desconocías, siempre es un plus poner especial atención a algo nuevo que se pueda descubrir de la otra persona.
Este tema dará para mucho porque, por ejemplo, todo el mundo ve series a día de hoy y es probable que paséis muchos minutos compartiendo opiniones sobre esto. O sobre música o libros.
Fobias o peculiaridades.
Lo primero que hay que tener en cuenta antes de iniciar este tipo de conversaciones, es que la educación también supone un extra a favor de uno y está bien que si se inicia una conversación de este tipo sea hilado con algún tema anterior o con alguna situación que acabáis de vivir o ver en la cita, así como la posibilidad de hablar de uno mismo antes de preguntar nada.
No es bonito que preguntes por tus manías sin venir a cuento o sin dejar entrever algún pequeño defecto que puedas tener.
Y, para finalizar, lo más importante, prohibido hablar de ex-parejas. Es decir, si te preguntan cuándo acabó tu última relación o algo similar, claro, contesta. De no ser así, lo mejor es vetar este tema.
A nadie le gusta que se pasen 3 horas hablando del dolor que ha provocado una ruptura o cuál es la carrera que estudió tu ex.
Si con estos truquillos la cosa no llega a funcionar, no hay que hundirse, no estabas tratando con la persona indicada para ti y eso tampoco debe suponer un declive en la autoestima.