Amarna Miller: «Los límites del sexo son el consenso y la legalidad»

Pregunta (P): ¿Quién es Amarna Miller para Amarna Miller?

Amarna Miller (A.M.) Qué filosófico. Por encima de todo, no soy un personaje, Amarna Miller y Marina es la misma persona, no me considero un personaje. Soy una chica que estudió Bellas Artes y acabó un poco de rebote en el porno, monté una empresa, las cosas empezaron a ir bien, acabé la universidad y mi trabajo como actriz pegó un buen subidón. Tengo más intereses más allá de las pornografía. Por encima de todo soy actriz porno, pero leo mucho, escribo, viajo y he dirigido mucho. Esa soy yo.

P: ¿En qué momento la universitaria da el salto al porno?

A.M. Fue de rebote, yo tenía la fantasía de meterme al porno, pero más fantasía que deseo real. Cuando cumplo los 18 y empiezo a mandar mensajes a las distintas productoras que hay por España, las respuestas no me interesaron como para trabajar como actriz y lo dejé apartado. En ese momento estaba en la carrera estudiando la gran pasión de mis estudios: la fotografía. Entonces me planteé si este contenido, en vez de esperar a que me lo den, lo hago yo misma. Empecé a tomar fotos de mis amigas, primero desnudas y luego con poses más explícitas.

Me gustó mucho lo que estaba saliendo, cogí a un par de socios más y monté mi propia productora, Mía X, que duró unos cinco años, la cerré a principios de este. Así empecé en el mundo pornográfico y con todo bajo mi control, eligiendo qué argumentos había, quién los hacía, pues ya me metí como actriz. Entonces me llamó una productora autraliana con base en Ámsterdam, abbywinters.com. Cuando acabé la carrera me puse más en serio, durante Bellas Artes apenas tenía tiempo, y desde entonces comencé a viajar y a tener más tiempo y a dedicarme íntegramente a ello.

P: ¿Qué dicen tus padres, tus amigos, tu entorno, cuando Marina les dice que quiere hacerles fotos desnudos y que luego se pasa a la pornografía?

A.M. En realidad a ninguno de mis amigos les sorprendió mucho, todos me conocían, yo siempre he sido una persona de mente e ideas abiertas. Estoy orgullosa de mi cuerpo y sexualidad, fue paulatino, ya que tenía mi productora, luego me puse detrás de las cámaras, después de un año grabé solos, después mi primer lésbico, luego mi primer hetero… A lo mejor sorprendió a mis padres, ellos tenían en mente a la yo de hace bastantes años. No les hizo mucha gracia pero el resto de gente lo comprendió. No lo fui pregonando, ahora ya sí porque soy bastante más conocida, si alguien me lo pregunta se lo digo, pero además de actriz porno soy otras muchas cosas.

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P: ¿Cómo llevas que se te reconozca por la calle, que sepan que Marina es Amarna Miller?

A.M. Es extraño, no me acabo de acostumbrar todavía. Por un lado, me halaga que me reconozcan, aunque también me da mucha vergüenza, no sé muy bien cómo reaccionar. Hay gente que es muy simpática y natural, pero otros hacen preguntas raras, un poco creepies y ahí ya me salta la alarma. Luego hay gente a quien le da mucha vergüenza reconocerme y me mandan mensajes al correo, a Twitter, a Instagram diciendo que me han visto en algún lado, eso es lo que más me pasa.

Ahora que sacas lo de Amarna y Marina, me molesta que la gente que me conoce por mi perfil como Amarna me llame Marina, ya que yo he puesto una barrera hacia mi intimidad, así que al fin y al cabo la están traspasando sin conocerme, y eso no me gusta demasiado.

P: Últimamente, Facebook te ha bloqueado y te llegan críticas desagradables. Igual que hay buenas opiniones sobre Amarna Miller, también hay críticas.

A.M. Lo de Facebook me pasa más o menos cada tres meses, literalmente, cada tres meses tengo uno de bloqueo, Tengo a mucha gente agregada en Facebook, a muchos no los conozco porque es un perfil profesional. y algunos se dedican a denunciarme las fotos, pero eso no me molesta demasiado. Luego hay gente que se mete en tu vida en cuanto eres un personaje público y concedes entrevistas y sales en los medios la gente se cree con derecho a juzgar tu vida y se dedican a recopilar datos aleatoriamente que hayan leído en entrevistas o en fotos y con ellos se creen que pueden analizar tu personalidad y entender cómo eres, y no es así.

A mí ya me da igual, llevo ya mucho tiempo en ello y sabía que iba a haber gente que se metiera conmigo cuando entrara en el porno, siempre hay críticas. Si son racionalizadas y constructivas las cojo con el fin de aprender, pero si son críticas tontas y sin fundamento paso de ellas.

P: Amarna Miller también tiene una faceta personal detrás, no es solo una actriz X, quizá algo sorpresivo para el tópico del porno.

A.M. Yo no creo en las generalizaciones y en los tópicos, no eres en lo que trabajas. Un carpintero no es carpintero también en su vida privada, también tiene intereses, inquietudes y complejidades. Yo me considero una rara avis tanto dentro como fuera de la industria, creo que no tengo un perfil que congenie con lo general tanto dentro como fuera de la pornografía, me siento extraña en ambos ámbitos.

P: Porque no  mucha gente de la calle sabrá quién es Henry Miller (literato norteamericano cuyo apellido inspiró a Amarna para su nombre artístico).

A.M. Bueno, depende todo en los ambientes en los que te muevas, tengo unos gustos de todo tipo. No solo por lo de Henry Miller, que al fin y al cabo es parte de la literatura básica, sino que también tengo otras aficiones un poco frikis, como restaurar muñecas o cosas que a la mayoría de la gente no.

P: Si alguien te para y te dice que de dónde viene lo de Miller y le dices que se debe a un escritor de hace 120 años, ¿notas que la gente se sorprende, quizá atada al tópico de que un actor o actriz porno no puede ser culta sino que vive de su cuerpo?

A.M. Sí, sin ninguna duda, el mejor ejemplo es que me siguen haciendo esa pregunta, lo cual mantiene la estigmatización de la gente de mi entorno, aunque me lo tomo como un halago, no me gusta ver titulares como ‘Amarna Miller, la actriz porno que te podrías encontrar en una biblioteca’, me parece peyorativo para el resto de personas, no lo veo como algo bueno aunque para mía un halago. Todas las profesiones tienen su estereotipo, pero ya cansa un poco que digan siempre que sí me siento extraña en mi profesión.

Es como si a un político que no es corrupto le preguntan si se siente extraño en la calaña de su especie, le molestará. Hay chicos y chicas muy interesantes dentro de la industria, hay algunos que hablan sobre ello y otros que deciden no hacerlo.

P: En cuanto a lo que tu has visto dentro de la industria del porno ¿eres un rara avis o hay más cultura de la que pudiera parecer?

A.M. Es lo mismo que te decía antes, dentro de la pornografía hay gente muy interesante, de hecho, yo tengo amigos dentro del porno, que son actores o que es actrices con los cuales tengo una relación muy estrecha. Os sorprendería tanto como todas estas declaraciones que yo os hago, pero ellos han decidido no exponerse públicamente. En cuanto a lo de sentirme rara o no rara, me siento rara en la sociedad actual, no solo en el porno.

P: ¿Cómo llevas las relaciones en pareja con esto del porno?

A.M: En mi caso en concreto yo tengo una relación poliamor, yo no creo en la monogamia y no creo en las relaciones cerradas. Estuviese o no estuviese en la pornografía tendría una relación de este estilo, así que no me lo planteo de otra manera. Ni por mi parte ni por parte de mi pareja hay cabida para los celos ni para la posesividad, así que como no pienso que si quieres a alguien tengas que tenerlo únicamente para ti, pues tampoco quiero que me hagan eso a mí. Tenemos la suerte de habernos encontrado mutuamente, porque somos muy afines y queremos las mismas cosas.

P: ¿Hay tanto poliamor como se puede pensar?

A.M: Parejas poliamorosas hay bastantes, como que últimamente se ha puesto de moda, por algún motivo. Y cada vez está saliendo más gente, por lo menos hay mas visibilidad sobre el tema. La verdad es que dentro del porno no he visto mucha gente poliamorosa ni he visto mucha gente con parejas abiertas, pero dentro de la sociedad y el mundo donde yo me muevo, desde luego que sí. Yo siempre he estado en grupitos de gente swinger, gente fetichista, gente del BDSM, gente poliamorosa, así que para mí sí que es normal, porque vivo en mi burbujita.

Aprovecho para dar promoción a unos chicos de Madrid que se lo están currando mucho, se llaman ‘Golfos con principios’ (www.golfxsconprincipios.com) y hacen reuniones y charlas en Madrid. Hablan sobre estos temas: como llevar los celos, como llevar una relación abierta, como gestionar los acuerdos con tu pareja y un largo etcétera.

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P: La gente que se considera ‘normal’, ¿cómo os ve a vosotros, los swingers, poliamor…?

A.M: Bueno, pues depende de la persona, claro, no se puede generalizar. Habrá personas que lo entiendan y no lo compartan, habrá personas que lo entiendan y sientan curiosidad y habrá personas que ni lo entiendan ni lo compartan ni les parezca bien. Cada uno que piense lo que quiera, desde luego.

Si de algo vale el poder hablar sobre ello en entrevistas y medios públicos es para que la gente que pueda estar interesada sepa que todo esto tiene un nombre, que está establecido y que hay más personas siguiendo este patrón de conducta, porque el principal problema cuando quieres llevar una relación poliamorosa es que no existen modelos de referencia, ni en las películas de Hollywood ni en gente de tu entorno vas a encontrar a muchas personas que lleven una relación abierta, así que es complicado saber como gestionarlo y por eso son tan interesantes propuestas como estas que aúnan a gente que está dentro de los mismos intereses para compartir información y para poder ver que es lo que funciona y que no.

P: ¿Los tópicos están cambiando? ¿Somos más abiertos o sigues encontrando restricciones morales?

A.M: Personalmente yo no lo veo. Todo el mundo piensa que la sociedad se está abriendo, pero a mí me parece que en los años 80, España estaba infinitamente más abierta que ahora mismo. A mí en el momento en el que me censuran ‘El origen del mundo’ de Courbet, en el póster de una exposición porque hay un coño…¡que esto es una pintura señores!, ¡una pintura clásica! A mí, en el momento en el que me censuran esto, me duele en el alma. En el momento en el que quitan un anuncio en el que sale un niño corriendo desnudo porque es apología a la pederastia me parece que nos hemos vuelto locos y nosotros, como adultos, estamos sexualizando cosas que para nada son sexuales. Entonces no, no me parece que la sociedad esté más abierta.

Me parece que hay mucha hipocresía y que nos venden un aperturismo sexual en el que todo el mundo hace orgías y todo el mundo es bisexual porque mola ser bisexual; y todo el mundo tiene una relación poliamor o una relación abierta porque queda muy guay con los amigos, pero luego, en la vida real, le dieces a alguien que te gusta mear en la cara de otro y te miran raro, porque es raro, porque eres rarito, porque ¿qué te pasa?. Puse un post hace nada en mi blog sobre el masoquismo y sobre porqué me considero masoquista y se armo ahí la de dios, en plan: ‘estas enferma’.

A esto mismo me estoy refiriendo, que somos muy abiertos para el rollito poli o para el rollito bisexual porque ahora está de moda, pero en cuanto sacas algo que no está dentro de los convencionalismos sociales o que se sale fuera de lo normativo, de repente vuelves al mismo estereotipo, cerrado y políticamente correcto que ha habido siempre.

P: ¿El ‘postureo’ ha llegado al sexo?

A.M: Totalmente, bfff… ni te cuento. Y más en el porno, está como de moda la pornografía, ahora es como trendy ser actriz porno. Me hace una gracia brutal todo esto.

Amarna Miller y Onix Babe. (Fuente: lolesp.com)

P: ¿Cuántas horas al día te puedes pasar teniendo sexo?

A.M: Bueno, depende del día, de si ruedo o no ruedo. Una escena de sexo no suele durar más de una hora o dos horas, según la productora que sea. Y ruedo básicamente todos los días.

P: Después de trabajar ¿sigue habiendo apetito sexual para mantener relaciones con tu pareja?

A.M: Totalmente, hay apetito sexual. Si no me quedase apetito sexual dejaría el porno claramente porque no quiero que me afecte en mis gustos íntimos. Así que sí soy una persona con la libido muy alta, la verdad.

P: ¿Has ido probando nuevas cosas que te han ido gustando o siempre has tenido los mismos gustos sexuales?

A.M: Como todo el mundo, mi sexualidad ha tenido una evolución. Yo creo que nadie empieza en el sexo gustándole todo. Vas probando cosas nuevas, si eres una persona abierta de mente vas aumentando tus fronteras y llega un punto en el que llegas a unos límites a los que ni siquiera te habías planteado que se podía llegar. Entonces sí, claramente mi sexualidad ha ido evolucionando con el tiempo.

P: ¿Hubo algún punto en el que notaras algún punto evolutivo en el que dijeses: ‘ha cambiado mi sexualidad’?

A.M: Bueno, desde luego meterme al porno para mí fue un gran cambio, básicamente porque el porno te permite realizar fantasías que en mi vida normal no podría llevar a cabo. Luego hay muchas cosas que al principio me podrían no gustar, no atraer y que, gracias a la pornografía he entendido donde estaba su fetiche.

Por ponerte un ejemplo, yo nunca he sido fetichista de los pies, no le encontraba el morbo. En enero me fui a América a trabajar con una amiga, Silvia Rubí y con su chico, allí a América, a Estados Unidos, y ella es muy fetichista de los pies y yo, que nunca he sido fetichista, de hablar con ella y de entender su fetiche, me empezó a entrar a mí el morbo y el gusanillo. Al final, he acabado yo desarrollando un fetiche por los pies que nunca había tenido. No solamente son las experiencias que tengas, sino entender las experiencias de los demás.

Y que también, como en el porno, estoy rodando muchas fantasías muy diferentes, que a veces son las mías propias y a veces no. Pues eso te ayuda a entender donde esta el fetiche que tienen las otras personas. Como por ejemplo, cual es la gracia de la ropa de látex, o de cosas que, en un principio, no entiendes muy bien porqué son excitantes.

P: ¿Hay alguna práctica que jamás harías?

A.M: Hombre, para mí los limites son los límites del consenso y de la legalidad. Entonces, siempre que sea legal, que sea consensuado y que me apetezca hacerlo, estoy dispuesta a probarlo. Yo no entiendo la sensualidad como un ‘esto nunca’. Voy probando, voy abriendo puertas, voy cerrando otras y hay cosas que me interesan y cosas que no.

P: ¿Tienes alguna práctica favorita?

A.M: Hay muchísimas, no tengo una especial, favorita, hay mogollón de cosas que me gustan. Soy bisexual, así que me gustan igual los lésbicos que las escenas hetero. Me gustan muchos las escenas BDSM, pero también me va por épocas. Por ejemplo, cuando empecé en el porno, era siempre súper dominante, jamás de sumisa, y ahora en América empecé a probar a hacer cosas como sumisa y la verdad es que me encantó. La predilección depende, va cambiando, va evolucionando, no hay algo que siempre me guste, sino que se va desarrollando, va mutando.

P: ¿Qué diferencias encuentras respecto a la mentalidad hacia el sexo entre Estados Unidos y España?

A.M: Más que en Estados Unidos, te puedo hablar en referencia a la pornografía, porque yo, al final, en América estuve trabajando literalmente todos los días. Tampoco vi la gente de a pie, solo la industria pornográfica. Yo lo que vi en América es que hay mucha hipocresía, porque están hipersensibilizadados sobre temas como la homofobia o el racismo.

Por ejemplo, llamar allí a alguien negro es de mala educación dentro de la industria, tú tienes que decir «afroamericano», fíjate al nivel al que  hemos llegado. Pero luego, por otra parte, el público es muy racista. Empecé a hacer escenas interraciales allí en América y empecé a recibir un montón de críticas, gente que se metía conmigo porque lo hiciese con negros, que es una cosa que aquí en Europa jamás lo he sentido, ni racismo ni ningún tipo de mente cerrada en ese sentido. Yo había pensado que eso quedaba muy atrás y en América sí que lo había vuelto a sentir.

Pero luego, por otra parte, en América, hacen muchísimas más escenas interraciales que en el resto de Europa. Se producen muchas más pero a la vez, hay mucho más racismo. Con el tema de la homofobia y la transfobia es lo mismo: En Estados Unidos tienen unas reglas muy estrictas sobre qué rodar y qué no rodar, y por ejemplo si eres un actor masculino que rueda escenas gays y escenas heterosexuales, no vas a poder encontrar trabajo, la gente no va a querer trabajar contigo. Osea, homofobia total, terrible. Con los transexuales otro tanto, hay mogollón de chicas que no quieren trabajar con transexuales. Aquí en Europa yo nunca he sentido nada por el estilo, jamás. Yo he conocido a actores que ruedan gay y hetero y nadie se queja ni pasa nada.

En América hay cosas con mejores condiciones que Europa. El tema de la legalidad está súper bien organizado, hay cooperativas, están prácticamente sindicadizados, está genial,  aquí en Europa estamos más tercermundistas.

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En cuanto a los rodajes, nos has explicado que cuando grabas es aproximadamente una o dos horas al día, ¿Nos puedes desengranar cómo es un rodaje porno?

Pues es que depende mogollón de la compañía, no hay una regla de tres ni se puede estandarizar, hay productoras con las que en dos horas puedes terminar la escena y otras, osea, mi máximo de estar grabando han sido dieciséis horas. Entonces, depende mucho del día y de para quién estés trabajando.

Y, claro, tantas horas en el sexo, requiere una preparación física.

Pues no especialmente. Hombre, si haces anal o algunas prácticas extremas, dobles penetraciones o gang bangs o cosas así, digo yo que sí pero como yo únicamente ruedo hetero y lésbico, la verdad es que tampoco tiene mayor aquel: tenerte cuidada físicamente, tener las uñas hechas, el pelo bien teñido y poco más.

¿Cómo se relaciona la pornografía con la imagen?

Vale, esta pregunta es muy interesante, no me la saben hacer, bien. Hay muchos estereotipos. El público tiene muchos estereotipos sobre lo que se puede y no se puede encontrar en el porno. La gente se piensa que todavía está de moda el modelo de tía recauchutada de pechos enormes y silicona por todas partes y hombre mazado con polla gigantesca, cuando para nada es así. Dentro del porno, ese tipo de belleza ya no se requiere desde hace bastantes años.

Ahora lo que se busca son los pechos naturales, sin operar, con pelos teñidos, con colores normales. Gente sin tatuajes, sin piercings, sin looks extremos. Chicos de cuerpos fibrados pero normales y de penes de todos los tamaños, osea, en el porno no hay micro penes pero tampoco hay penes enormes, es gente con penes normales y no pasa nada.

Al final, la industria está un poco más buscando la normalidad, que se estaba requiriendo desde hace años. El público hace tiempo que estaba harto de ver el mismo modelo de chico y el mismo modelo de chica con el cual no se sienten identificados así que hace ya bastante que esto cambió. En cuanto a la relación de la imagen con el consumidor y con las productoras para nada hay que tener un estereotipo de belleza convencional para pertenecer a esta industria.

Hay chicas que no están dentro de lo que convencionalmente se podría decir «guapa» y triunfan mogollón, porque al final lo que se requiere es la personalidad y que te mole lo que estás haciendo. Si eres una tía que está súper mega buena pero no le pones ganas a follar o que se nota que está aburrida mientras estás rodando, no te van a llamar. Ver a una chica más normalita pero que se lo pasa bien, que sabe transmitir y cómo moverse delante de la cámara y que realmente ante la imagen digas:»guau» está mucho más buscado. Así que no es todo sobre belleza o no belleza.

¿Y el usuario podría decirse que quiere ver chicos y chicas de la calle más que estereotipos?

Existen los dos extremos, la verdad. Pero se puede decir que de un tiempo a esta parte, lo que se está buscando más es la vecinita de al lado, un rollo más natural. Es verdad que siguen existiendo productoras como Brazzers o como Bangbros que siguen queriendo las chicas de pecho gigantesco y los chicos de estereotipo de actor porno, pero no es lo más habitual a estas alturas. Ya te digo, si tienes tatuajes o pecho operado, te va a costar encontrar trabajo.

¿Tú te lo operarías, si llegara el momento?

No, no tengo la mínima gana, me siento muy a gusto con mi cuerpo.

¿Consideras que hay machismo en el mundo del porno, al dirigir el porno exclusivamente a hombres?

Es que son conceptos diferentes. Pienso que parte del porno es machista pero que lo que tú dices, que para mí es el gran problema de la pornografía, no tiene que ver con el machismo, tiene que ver con la falta de miras. Que no es machista o no machista, no es que se haga en beneficio del hombre, sino que simplemente se está repitiendo un ideal, un modelo de grabación casposo desde hace ya no sé cuántos años. Muchos años que se llevan grabando las mismas escenas sin parar.

Así que pienso que en parte el porno es machista, pienso que está cambiando muchísimo. Igual que si me preguntas hace seis años te hubiera dicho que el porno es machista, ahora no sé si te lo podría afirmar con esa seguridad. Creo que depende, hay muchas productoras que están optando por un nuevo modelo de representación de la sexualidad. Por ejemplo, kiss art, sex art… hay mogollón, ya. Y luego siguen estando las del estereotipo clásico que incluso esas están cambiando el modelo de negocio, porque ya no vende. Cuando nos damos cuenta de que el usuario ya no es hombre solamente sino que es mucho más amplio, pues la cosa cambia.

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¿Pero la tónica habitual sigue siendo porno para hombres?

Es que no te puedo decir. Primero, no me gustan las generalizaciones porque me parece que pierdes matices. Entonces, decir que el porno está hecho solo para hombres es como una afirmación súper radical. El porno en parte está hecho para hombres pero desde hace unos años también está hecho para otros sectores de la población. No solo para hombres estereotípicamente normativos, heteropatriarcales

Matízalo con tus palabras

No creo que se pueda generalizar porque de un tiempo a esta parte se está produciendo otro tipo de contenido, no está hecho solo para hombres normativos, porque cuando dices solo para hombres parece que dices solo el tío con tripa que se rasca la barriga, sudoroso, modelo normativo heteropatriarcal y para nada es así, ahora hay muchos consumidores masculinos que son feministas y consumidores femeninas y un largo etcétera. Lo que sí echo de menos y este sí que creo que es el problema del porno es que hay sectores de la población que no están representados dentro la representación sexual: el colectivo LGTB,  colectivo trans, colectivo bisexual, pansexual… Está muy reducido pero cada vez es menos machista.

Como que ya estoy muy harta de que la gente me diga que el porno es machista, pues no, hay matices. Y seguir perpetuando ese sí implica negar que está habiendo otras opciones.

En cuanto a la pornografía, te permite ver mundo. De hecho, ahora mismo estás en Praga. ¿Quién te lo iba a decir en tus viajes que ibas a acabar trabajando en el sexo, no?

Sí, bueno, yo siempre he estado viajando bastante a lo loco antes del porno, lo que pasa es que con el porno tengo los viajes pagados, lo cual es maravilloso, pero aunque no estuviese en el porno yo seguiría viajando. De hecho, mi trabajo alternativo al porno sea aventurera profesional.

¿Se vive bien en el mundo del porno?

Pues depende, de hecho, es lo mismo de siempre. ¿Se vive bien siendo pintor? Pues si eres Antonio López ganarás una pasta. Pero si eres la mujer que pintó el Ecce Homo te estarán tirando piedras, básicamente. Los factores que afectan a que ganes más o menos dinero son: cómo de famosa seas, qué prácticas hagas en pantalla y con qué productora estés trabajando. Dependiendo de esos tres puntos, ganarás más o menos. Pero en general, como rega básica, se gana bastante mejor que cualquier trabajo de calle. Se gana más en el porno que en el McDonald’s, por ejemplo. Pero el tema de hacerte rico con el porno

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