Una de las cosas que las mujeres podemos celebrar es la creación de un producto como el estimulador de clítoris. Atrás queda la tiranía de los vibradores con forma fálica que, si bien daban cierto “gustito”, solo satisfacían a las que eran capaces de alcanzar el orgasmo con penetración. La gran mayoría de las mujeres son clitorianas, esto supone que solo pueden llegar a ver la luz al final del túnel si se estimula este pequeño botón del placer. En El Sexo Mandamiento nos gusta probarlo todo en primera persona y, como no es lo mismo contarlo que vivirlo, vamos a hablar de los estimuladores, concretamente del Sona Cruise de la firma LELO.
Para sumergiros en la pecera del placer hemos elegido el estimulador Sona Cruise de la marca LELO, un aparato que promete estimular hasta el 75% del clítoris, desde su parte visible hasta el fondo de este iceberg del placer. Siendo una novata en esto de los masajeadores, quedé bastante impresionada con el envoltorio. Sona viene en una elegante caja negra envuelta a su vez en una tela del mismo color y todo ello protegido por otra caja de cartón. Desde luego, este juguetito ha tenido más comodidades durante su viaje que muchos usuarios de Renfe.
Además del masajeador Sona, LELO incluye un cargador USB, una bolsa satinada de color negro, unas instrucciones y una tarjeta para registrar la garantía del producto. ¿He hablado ya del lubricante? Sona viene con un pequeño lubricante en caso de necesitar preparar la zona adecuadamente. Lo primero que sorprende al cogerlo es su suavidad, tiene una superficie de silicona lisa, sedosa y, a todas luces, fácil de limpiar. También es bastante ligero y su tamaño encaja cómodamente en una mano.
Antes de utilizarlo por primera vez es necesario cargarlo durante dos horas, aunque, según las instrucciones, en las siguientes ocasiones sólo necesita 60 minutos enchufado para asegurar una autonomía de una hora. Había quedado enamorada con el diseño nada más verlo, pero aún quedaba probarlo. Antes de presentárselo a mi entrepierna, decidí probar sus ondas en el dorso de la mano. Sona promete un placer silencioso en todas sus velocidades y modos, aunque al meter la quinta marcha genera un poco más de ruido.
Tras probar a fondo este masajeador sónico solo puedo decir que mi clítoris tiene un nuevo mejor amigo. Cuando una está acostumbrada a utilizar sólo sus manos como fuente de placer propio es común caer en la rutina. Los orgasmos acaban siendo aburridos, cotidianos y un poco planos. Masturbarse acaba siendo una costumbre rutinaria y sosa. Este estimulador me ha devuelto a esos primeros orgasmos que requieren de una bebida isotónica después, como si de un corredor de maratón se tratase.
El primer contacto es desconcertante pero no desagradable. En mi caso, las potencias más altas resultan un poco fuertes, pero, tras un rato de juguetear acabas por cogerle el truco. La sensación es relajante, las ondas parten desde el clítoris, pero se extienden por el resto de los genitales como una cascada. A esos primeros segundos de calma le sigue una sensación muy profunda e intensa que te deja muy, muy mojada.
Tras unos segundos de quedarte como Shakira; torpe, ciega y sordomuda, llega uno de los orgasmos más intensos que he experimentado. Para hacer honor a la verdad, no “llega”, más bien te atropella como un camión por la A-60. ¿Suena como una experiencia extrasensorial? Porque lo es. Además de probar el modo simple, me aventuré por los otros ocho de los que dispone Sona. Cada uno de ellos envía las ondas en forma de pulsaciones con mayor o menor intensidad o con diferentes frecuencias dependiendo del modo.
Este estimulador de clítoris Sona de LELO puede usarse en la ducha y bajo el agua. Desde la experiencia creo que los modos de pulsación son más efectivos en el elemento acuático. Ya en seco, el modo simple es el más recomendable, independientemente de la intensidad que se quiera. Este pequeño gran aparato hace que cualquier orgasmo pase a ser legendario y, tras encontrar el puntillo, deja el squirting que creía haber perdido mucho más al alcance de la mano.
Ahora, tras probarlo en mis carnes, entiendo a las que hablan de los estimuladores como el de LELO como si de la octava maravilla se tratase. No en vano, son juguetes creados expresamente para el único órgano que es exclusivamente femenino y cuyo único fin es el placer, nuestro querido clítoris. Los estimuladores pueden también ser la respuesta para aquellas que tienen anorgasmia o para animar las relaciones de pareja como si fuese una pastilla de Avecrem. En lo que a mí respecta, Sona es mi nuevo compañero de cama esta noche, y la que viene, y la siguiente…