Los hombres siempre andan preocupados por el tamaño de su pene. En ocasiones, se puede volver una auténtica paranoia que te obliga a compararte con tus amigos o con vídeos en internet para saciar tu curiosidad o, por lo menos, sentirte dentro de la media.

Sin embargo, quizá las diferencias están más en las formas que en los tamaños. ¿No sabías que el pene tiene pequeños rasgos que lo tipifican por formas? Seguramente te habrás dado cuenta de que unos son más entallados, otros poseen una mayor curvatura o que el glande tiene terminación característica. Basta con que eches un vistazo a lo que tienes entre las piernas.

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Es más, según un estudio de Gordon Gallup, psicólogo evolutivo de la Universidad de New York, las peculiaridades de cada tipo de pene responden a unas necesidades evolutivas que diferencien a cada hombre del resto (o a un grupo del resto). El próximo documento de identidad podría ir orientado a la entrepierna…

Pero bueno. Vamos a ir más allá de hacer una simple clasificación de las formas del pene. También te habrás dado cuenta de que, en determinadas posturas en la cama, obtienes más placer que en otras o, por el contrario, algunas te causan incluso dolor. Naturalmente influye la sensibilidad de tu órgano sexual. Sin embargo, también entra en juego que quizá la forma de tu pene dificulte la penetración en determinadas posturas de contorsionistas. El repaso más común de las formas del pene es el siguiente:

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Pene lápiz

Empezando por el más común, se encuentra el pene recto, también llamado pene lápiz por la semejanza con esta herramienta de escritura. Efectivamente, su forma es bastante cilíndrica, regular y con un grande acabado en punta del mismo tamaño que el tronco, lo que facilita la penetración. Es ideal para el sexo anal por facilitar su penetración o para las posturas más comunes por estimular la vagina por todas sus partes por igual. Sin embargo, puede ser doloroso si es demasiado largo al  golpear la pared vaginal. Desventajas de una herramienta con demasiada punta.

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Pene curvo

Otro de los más habituales es el pene curvo. Este tipo de pene permite estimular con mayor facilidad el Punto G dependiendo de su curvatura. Las posturas que mejor le vienen son sin duda el misionero (si la curvatura es hacia arriba) o la del perrito (si es hacia abajo). Sin embargo, las curvaturas laterales o las muy pronunciadas pueden causar grandes dolores tanto al dueño del miembro como a la otra persona. Requiere paciencia y evitar las brusquedades.

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Pene Seta

Nuestro favorito es sin duda el pene seta. Es decir, aquel que posee un glande mayor que el tronco del pene. Su mayor grosor en la punta permite estimular la vagina con mejores resultados si se extrae el miembro caso por completo con cada penetración, lo que viene a ser centrarse en la parte más externa de la vagina. Así mismo, las felaciones suelen ser más placenteras para los hombres si la otra persona se centra en el glande. La penetración anal puede ser muy dolorosa con este tipo de penes. No tiene limitaciones a la hora de practicar posturas aunque quizá saques más rendimiento a tu pene seta si explotas tus dotes en las posturas más convencionales.

El pene plátano se caracteriza por realizar una penetración placentera al tener el tronco más grueso que el glande o la base del miembro. A no ser que su grosor en el medio sea excesivo, no produce ninguna molestia en ninguna práctica o postura. Su forma obliga a que la vagina se adapte a su forma con cada movimiento por lo que la estimulación en las paredes vaginales será toda una experiencia.

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Pene piramidal

Por último, está el pene con forma piramidal que, a diferencia del pene plátano, el grosor de la base del pene es aún mayor que la del tronco. Su forma de cuña facilita la penetración progresiva por lo que es agradecido para aquellos a los que les cuesta la dilatación anal. Se aplicaría igual para las vaginas. Es especialmente agradable en las penetraciones más profundas por su sensación placentera progresiva (según se introduce el miembro). Una vez más, el perrito es la postura ideal (más aún si el miembro tiene un tamaño pequeño). Sin embargo, si la baso del pene es excesivamente grande, puede causar dolores por la diferencia entre la punta y la base si se es demasiado brusco.

De todas formas, nunca debes sentirte limitado por la forma de tu pene o por cualquier otro rasgo de tu físico. Nadie está condenado a realizar siempre la misma postura porque tu pene tenga una forma concreta. Toda postura o práctica es posible con esfuerzo y repetición. Si aún así te cuesta, puedes utilizar lubricantes que todo lo curan. Al igual no podrás darle forma a tu pene pero sí a las sensaciones placenteras a través de la experimentación. No se me ocurre mejor forma para ello que con la práctica.

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