Ven a mi aquelarre. Las hijas de la Luna, de Salem, de las sombas y las huídas de las hogueras. Las brujas os convocan. No te escondas, deja que te atrape la oscuridad y el embrujo de la noche. Celebra Walpurgis con nosotras y sé libre. Una bruja sobre todo es libre.
Deja que tu cuerpo hable por ti, la magia fluye por tus venas, sácala. No te de miedo mostrarte al mundo como eres. No te escondas tras la máscara de niña buena. En el aquelarre somo pecadoras, enemigas de lo convencial y aliadas de lo raro.
Las brujas con tacón de aguja, pisan fuerte para dejar el camino marcado a la que viene detrás. Las medias de rejilla y los labios rojos, pestañas estiradas y pechos al aire.
La mirada fija, sin bajarla en ningún momento. El perfume que hechiza a cuantos lo huelen. Las uñas de gata, para arañar y dejar marca. Aquí estuvo una bruja, y quien esté marcado por una no la olvidará jamás.
El aquelarre se mantiene unido. Las brujas se ayudan. Las brujas nunca se dejan solas. No se abandona a una bruja bajo pena capital. Las brujas tienen tinta en la piel para nunca olvidar de donde vienen. Se ponen pendientes y cadenas para que las oigas llegar.
Una llega al aquelarre cuando lo único que mantenía unidos los trozos de su corazón se va, dejando polvo mecido por el viento. Siempre serás una bruja aunque llegue alguien que purifique con agua la arenilla de tu desgracia y esculpa en arcilla un nuevo corazón. Siempre serán trozos que te recuerden que tu raíz se fue. Pero aprendes a vivir con ello.
El aquelarre sabe quien hace qué con quién. Las brujas no son elegidas, las brujas eligen. Ellas ven el hilo rojo y lo sigue hasta dar con su final. Pero por el camino se escuentran falsos oasis que las hacen caer… y renacen más fuertes y poderosas.
Todo el que ha estado con una bruja, las ninfas de la noche, las recuerda toda su vida. Lobas, gatas y serpientes. Te sacan hasta tu último suspiro y te obligan a satisfacerlas.
El aquelarre lucha por lo que es suyo. Defiende sus derechos y están orgullosas de ser lo que son. Algunas están hechizadas pero entre todas hacen la pócima que la libre de esta carga.
Las brujas hacen pactos de silencio que sellan con sangre y mordiscos. Albergan el secreto del placer eterno y emanan eso que las hace atractivas, etéreas, eternas.
En el aquelarre de las ninfas de la noche las caderas se contonean al ritmo que marca la vida. La risa espanta todos los males y el sexo es más intenso.
Únete esta noche a mi aquelarre. Si estás rota te esperamos. Por Walpurgis y Salem.
Me uno al aquelarre de las sombras. Amiga de la noche y dueña de todos los miedos.
A ti, Diosa Polerina, te ofrezcoi alma a cambio de poderes en mis caderas.