El sexo y el reloj: cada persona es un mundo

A la pregunta «¿A qué hora te gusta más mantener relaciones sexuales?», muchos se lanzan la bravata de responder «Las 24 horas del día» y suelen añadir una carcajada para justificar lo que ellos definen como una alta capacidad para el sexo. Sin embargo, honestamente, hay que hacer una reflexión para darse cuenta de que el reloj biológico de cada persona es particular, cual patio de su casa, y que la apetencia sexual no es, ni mucho menos, constante.

El estrés rige el día a día de las personas, que han de cumplir con obligaciones laborales, educativas o familiares. De nada sirve que la hora favorita de alguien para disfrutar del sexo sea a las 12 del mediodía si la oficina reclama la atención durante toda la mañana. Difícil es también hallar tiempo para los encuentros íntimos después de comer si te ha tocado ir a clase en horario de tarde. Aunque las pellas y las excusas llevan siglos existiendo, no se puede tomar la regularidad sexual que sería deseable.

Más allá de los caprichos de los horarios, el que al fin y al cabo manda en estos menesteres es el cerebro y el organismo. Como era de esperar, las no pocas diferencias biológicas entre hombres y mujeres también tienen su peso en lo relativo a las ganas de gozar.

Similitudes y discrepancias en el reloj

Un cuasiunánime «Sí» se pronuncia cuando se le pregunta al varón si amanece con una buena erección. Es natural y nada de lo que abochornarse, puesto que es en sesión nocturna cuando los niveles de testosterona se disparan y a primera hora de la mañana alcanzan su cumbre.

Lamentablemente, este apetito matutino no es muy correspondido por las mujeres que, cuando se despiertan, se encuentran con una baja temperatura corporal y con la hormona del sueño haciendo de las suyas. Habrá que esperar un poco para que ellas recuperen el ánimo sexual y se pueda aprovechar la erección generosamente ofrecida por el organismo masculino.

Es a mediodía cuando ambos alcanzan un buen pico de rendimiento sexual, ya que a las féminas les aumenta la actividad de las endorfinas y en los hombres se recupera el vigor de primeras horas del día. Salvo comidas muy copiosas y albergar mucho sueño, cuando el reloj señala el rato destinado a la siesta es idóneo también para mantener sexo, puesto que el estrés se relaja tras el almuerzo hasta el punto de permitir coitos largos y muy estimulantes.

Durante la tarde, la aparición de distintas actividades no suele dar pie a que el apetito erótico se incremente. Ahora bien, cualquier escaramuza entre sábanas siempre será bien recibida. Ya por la noche, las sesiones golfas tienen un cara y una cruz.

Al fin hay tiempo libre después de cenar y antes de ir a dormir, si bien el cansancio de la jornada puede ser traidor y evaporar el deseo. La solución tampoco es aguantar unas horas más, dado que a efectos biológicos, la madrugada hace que el cuerpo femenino esté adormilado y que para ellos tampoco sea un momento ideal para dar rienda suelta a su pasión.

El sexo mandamiento
El tiempo es oro para disfrutar del sexo. | Fuente: pixabay.com.

Como se ha comentado antes, cada persona es un mundo, especialmente en el plano sexual y metabólico. Por si fuera poca mezcla, añadir a ella los calendarios de trabajo hacen que en demasiadas ocasiones encontrar un rato para el sexo sea casi como componer un gigantesco puzle de ocupaciones.

Los fines de semana son días perfectos para buscar alguna escapadita, probar algún hotel alternativo o explorar los no pocos rincones del hogar. En cuanto a las rutinas semanales, calentar al compañero sexual durante la jornada con alguna foto, mensajes o incluso llamadas muy ardientes pueden preparar el terreno para que ni en las horas, a priori, con menos disposición sexual nadie se pueda resistir a la búsqueda del orgasmo.

De propina, un consejo: no hay estrés, cansancio laboral, hartazgo de estudiar o vagancia que se resistan a unos buenos preliminares. Las caricias, las insinuaciones, los besos, las caricias e incluso los juegos son buenos aliados para que no sean escasos los momentos en los que apetezca una buena dosis de sexo.

Imagen de portada: Pixabay.com.

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Un comentario en «El sexo y el reloj: cada persona es un mundo»

  1. Desde luego que es importante, y lo saben muy bien las escorts de lujo que trabajan con el condicionante de la hora.
    No hay otra manera de pactar un encuentro sexual, si no se pone un límite de tiempo.
    Se trata de una relación consentida, pactada, y en la cual ambos ponen todo el interés por tener un sexo de calidad.
    Ellas son profesionales de las artes amatorias.
    Ellos están ávidos de nuevas experiencias.
    Sólo la pasión de este tipo de encuentros hará que el reloj se detenga.

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