Aproximadamente el 20% de personas no saben reconocer su anatomía genital. Eso es así. Hay mucho desconocimiento de nuestro cuerpo. Y la pregunta es ¿si no te conoces a ti mismo como vas a poder comunicar lo que te gusta? Conocer tu propio cuerpo es la mejor manera de conseguir placer. Cada persona tiene un deber y es el de conocerse, experimentar, elegir y comunicar sus preferencias.
Las zonas erógenas son aquellas más susceptibles de producir deseo o placer erótico al ser acariciadas. Y es que en estas partes del cuerpo contamos con una mayor cantidad de terminaciones nerviosas. Cuando empiezas a trabajar sobre zonas erógenas, ya encuentras otro de los grandes mitos, que los hombres son más genitalizados y las mujeres tenemos más zonas para llegar al placer. No es cierto. A los hombres también les gustan las caricias en otras zonas de su cuerpo. El ir poco a poco, descubriendo partes que despiertan el deseo, no es cosa solo de mujeres.
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¿Cuáles son las zonas erógenas por excelencia?
Aunque cada persona es un mundo, en cuestión de estimulación existen ciertos puntos corporales que, en mayor o menor intensidad, a todos nos gustan. Las zonas erógenas más importantes son la boca, las orejas, el cuello, la espalda en la parte de la columna vertebral, los pechos, la zona del ombligo e inmediatamente por debajo de él, el pubis, la vulva, pene, testículos, perineo, ano, las nalgas, las caderas y las rodillas.
Boca y lengua: la lengua es el músculo más fuerte en relación tamaño/fuerza. Cumple funciones como la masticación, la deglución, el lenguaje y el sentido del gusto. Lo primero que tienes que saber es que no existe una receta mágica, todo el mundo tiene su estilo de besar, pero en la mayor medida un buen beso depende del momento preciso y responde a ‘unas necesidades’. Es decir, en el beso lo que prima es la complicidad. Hay besos cortos, largos, suaves, secos, húmedos. Ir poco a poco, roce de labios, lengua no entrar a matar, controlar la saliva. Escucha los labios del otro, tantea, saber leer no es solo cosa de ojos.
Pechos: hay personas que le gusta y otras no. Sencillo. No te sientas mal. Si ciertos roces te resultan molestos, es natural ya que es una zona delicada debido a su extrema sensibilidad, díselo.
Espalda: la espalda es sumamente erógena. Es extensa, se puede masajear, besar, acariciar, lamer…
Vulva: es la parte exterior más visible del aparato genital femenino es hipersensible a las caricias. Cada vulva es diferente (más negras, más rosadas, más blancas…).
La vulva la forman el clítoris (unos más sobresalientes que otros, más pequeños o más grandes), labios mayores o externos (unos más rugosos, otros más finos, otros más gruesos, otros más rosados), los labios menores o internos (más sobresalientes, menos pronunciados, escondidos, con forma de cerebro, con forma de mariposa…), la uretra y la entrada vaginal. Es decir, todas las vulvas son distintas y todas valen por igual. Lo que podamos sentir en ella depende de cada mujer.
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El clítoris: se encuentra donde se unen los labios vulvares, casi inmediatamente debajo del pubis. Hay que saberlo estimular porque tiene muchas terminaciones nerviosas, más de 8.000. La parte que vemos es el glande que está cubierto por un capuchón. Luego se extiende la raíz en la cara interna de la vagina, también está llena de inervaciones, por eso es tan gratificante su estimulación. ¡Ojo! Hay mujeres que tienen extrema sensibilidad y no soportan que le hagan el capuchón para atrás. Pregunta, observa, su respiración dará pistas.
El clítoris tiene más de 8.000 terminaciones nerviosas
Perineo: la zona que se extiende entre los genitales y el ano es un área de alto erotismo. Es sensible tanto a caricias manuales como orales. Lo mismo ocurre con el ano, cuya estimulación, tanto en el hombre como en la mujer, provee una excelente plataforma orgásmica.
Pene: el glande, o la cabeza del pene, es la parte que más nervios reúne, por lo que todo lo que puedas hacer en esta área le otorgará un gran placer a tu pareja. Luego encontrarás el tronco como tal, los testículos, cuya bolsa es el escroto, una parte ignorada por muchos que resulta ser una de las áreas más importante a la hora de llegar al clímax.
Recuerda siempre, el pene es un área delicada, por lo que la estimulación debe hacerse de manera cuidadosa, nada de tratarlo con movimientos bruscos y arrítmicos, pues podrías ocasionarle daño a tu compañero de juegos.
Todo el cuerpo es una zona erógena
En definitiva, sabiendo estimular correctamente a la pareja, podemos considerar que todo el cuerpo es una zona erógena, donde la piel es la mayor fuente de sensaciones. No limites tus zonas erógenas, en el mapa de tu cuerpo queda mucho por descubrir. ¡Atrévete!
Autora: @con_sen, sexóloga y terapeuta. con-sex.com.