Intimina nos invitó el pasado martes 10 de octubre a una sesión fitness con la instagramer Isabel del Barrio. Después, mientras tomábamos una merienda saludable, la sexóloga María Esclapez -una vieja conocida en esta casa- presentó la nueva línea de copas menstruales, Lily Cup. Intimina es una marca sueca de productos para el cuidado de la salud íntima femenina, tiene más de ocho años de experiencia y un gran panel de expertos ginecológicos en su web.
Su gama de productos incluye un catálogo para el cuidado del periodo así como áreas esenciales como el fortalecimiento del suelo pélvico -cuyo ejercicio regular prevendrá y superará patologías en mujeres de todas las edades-. Según indicaron desde Intimina, las grandes compañías de productos para la menstruación no ofrecen copas, ni estas salen en la televisión junto a mujeres bailando o haciendo el pino, las copas sobreviven gracias al boca-oreja entre mujeres satisfechas con su uso.
Una de sus principales virtudes, se habló en la tertulia, es que cuesta entre 20 y 30 euros y resulta económica comparándola con el tampón y métodos tradicionales, pues pueden durar hasta 10 años, sin producir desechos durante este tiempo. Mientras tanto, las mujeres gastan de media unos 51 euros al año entre compresas y tampones.
Lily Cup, las nuevas copas menstruales
Las Lily cup son la nueva generación de copas menstruales para el cuidado del periodo: suaves, reutilizables y fabricadas con silicona quirúrgica biocompatible. No absorben, recogen el sangrado, por tanto no hay sequedad, se adaptan y protegen hasta 12 horas seguidas. La hermana pequeña de las Lily Cup es compacta, y es que Intima se ha convertido en la creadora de la primera copa plegable del mundo, con la forma y el tamaño de un espejito se puede llevar en cualquier bolsillo.
La copa no tiene cordón, solo un rabito que se aloja también dentro de la vagina y que, en caso de molestar, se puede cortar. Sí, hay contraindicaciones para no usar la copa, en caso de enfermedades vaginales, cirugías y partos -en este último caso se recomienda esperar unas 6 semanas-. Algunas de las ventajas de las copas es que son hipoalergénicas, respetan el equilibrio íntimo, no producen sequedad ni resto de fibras ni olores. No huelen porque no está hechas de un material poroso, la sangre menstrual por sí sola tampoco huele, es el tampón al mezclarse con la sangre cuando produce olor.
Además, a muchas mujeres les habrá sucedido alguna vez que al retirar el tampón duele porque se pega a las paredes, haciendo que miles de microfibras se queden alojadas en su interior. ¿Qué son estas fibras? La guionista y escritora Audrey Gloaguen denominó a los tampones como “basura química”, pidió que se examinaran las seis marcas más utilizadas por mujeres y Bernard Tailliez, científico y director de AnAlytikA, encontró entre 20 y 30 componentes químicos. Entre ellos se encontraban la dioxina -uno de los 12 contaminantes más peligrosos del mundo, según la Organización Mundial de la Salud-, residuos halógenos y celulosa, procedente de los árboles.
La celulosa se blanquea con químicos como el cloro, que produce dioxinas, disruptores hormonales que causan lesiones dérmicas o degradan el sistema inmune. Según el toxicólogo belga Dominique Lison, las dioxinas son responsables directas de la endometriosis.
Por todo ello debemos hacernos responsables de nuestra salud íntima y conocer lo suficiente nuestro cuerpo para saber cuándo está reaccionando diferente. La salud sexual consiste en conocer los procesos por los que pasa nuestro organismo y entender las respuestas emocionales, pero también es mantener una higiene constante y protegerse, tener una buena alimentación y hacer deporte, ir al ginecólogo regularmente e incluso intentar no estresarse en exceso, pues esto puede bajar las defensas y hacer que el organismo sea víctima de enfermedades. Desde El Sexo Mandamiento incitamos a jugar con el sexo, pero no con la salud.