La genética, o Dios, no se lo curraron mucho cuando diseñaron un cuerpo en el que se mea prácticamente por el mismo sitio por donde se eyacula. Este ahorro en infraestructura corporal conlleva que las repercusiones de correrse puedan afectar al proceso de orinar, algo que el pene y los hombres pueden sufrir tras eyacular. Se trata de un pequeño dolor, no muy fuerte pero sí perceptible, que muchos varones notan cuando van a mear después del sexo individual o acompañado.
Manuel Alonso, urólogo del hospital 12 de octubre de Madrid, apunta que es un suceso relativamente frecuente. El porqué se debe a que la expulsión de semen provoca cierta inflamación y dilatación en los conductos eyaculadores y en el veru montanum. La orina pasa por encima de estas estructuras, explica, y la presión extra provoca esa incomodidad que se nota al mear. El veru montatum también se conoce como colículo y el esperma sale por ahí durante la eyaculación: «Es un pequeño montículo situado en la uretra debajo de la parte inferior de la próstata y por encima del esfínter uretral».
Semen, dolor y mear
La corrida no siempre lanza todo el semen, así que el urólogo indica que «se produce un arrastre de los restos seminales». Dado que estos fluidos, que quedan en mayor o menor cantidad según la fuerza de la eyaculación, obstaculizan ligeramente el chorro de pis y la zona está algo irritada o molesta, la primera vez que se orina después de la masturbación o del coito acaba resultando algo molesta. Es lo que tiene la obstrucción de los canales eyaculatorios.
Esta clase de disuria, término que define a las dolencias al miccionar, se nota como si al mear hubiese que hacer más fuerza que de costumbre. Al principio cuesta un poco más emitir el chorro, pero el proceso acaba siendo el habitual. El bloqueo se acaba derribando, pero puede generar dudas y preocupaciones en el afectado. Eso sí: los dolores de pene, mejor atajarlos pronto. La repetición sistemática de esta clase de afecciones invitan a hacerle una visita al médico. La prevención es crucial para la salud sexual, aunque a primera vista parezcan anécdotas.
La región del pene y de los genitales masculinos puede enfrentarse a varios dolores de distinta gravedad. La próstata es una zona sensible en la que el cáncer puede ser muy peligrosos para los hombres. Manuel Alonso destaca que este dolor de después del sexo es meramente fisiológico, nada preocupante, pero recomienda una visita a los especialistas cuando se sientan otra clase de problemas.
La escasa educación sexual recibida tanto por ellos como por ellas implica que los dolores relacionados con el ámbito sexual no se aborden con la seriedad que merecen. Se trata de un área tan sensible que merece la observación y la implicación de los afectados. Incluso al hacer algo tan sencillo como mear después del sexo.