La civilización romana no es solo conocida por su desarrollo y poder económico, político, social y cultural, sino por su visión del sexo. Desde la mitología donde Dioses tenían aventuras con mujeres mortales engendrando semidioses, hasta la dominación sexual. El sexo era un juego de poder, no entre iguales. No existía un concepto de homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad, pues todo tenía que ver con una jerarquía. La sociedad se basada en un sistema patriarcal, por lo tanto, la masculinidad era muy importante y activa. La sumisión o pasividad eran consideradas amenazas para la estructura social. La idea era ejercer el poder frente a los subordinados, quienes sí eran pasivos, ya fueran hombres o mujeres.

Tener sexo entre personas libres era distinto que entre esclavos. El cuerpo de las personas libres debía ser respetado, sobre todo en el matrimonio, pero no así el de los esclavos quienes podían ser explotados sexualmente por sus amos o dominus (propietario).

Esta búsqueda de dominación sexual y violencia se puede observar en una famosa serie de televisión estadounidense que cuenta la vida de un gladiador rebelde que desafió a la República Romana,  ‘Spartacus: sangre y arena, estrenada en 2010.

La historia de Espartaco es casi un mito, hay muchas leyendas al respecto de su origen y sobre lo que pasó con su vida hasta ser capturado por los romanos. Algunas versiones cuentan que fue un soldado nacido en Tracia, lo que ahora es Bulgaria, conocedor de las tácticas militares, que ayudó al ejército romano. Se supone que al desertar del ejército se le obligó a trabajar como esclavo y luego, fue vendido a un mercader para ser gladiador en la escuela de Léntulo Batiato en Capua. Otras, suponen que era un hombre de origen noble o hijo del rey de su tribu, pero todas ellas coinciden en su gran habilidad militar y en el temor que causó por el poder que alcanzó durante su lucha por la liberación

Las escuelas de gladiadores tenían hombres libres que buscaban fortuna y reconocimiento, pero también esclavos o prisioneros de guerra condenados a ser adiestrados por sus amos y luego, usarlos de guardias para sus familias. El adiestramiento era extremo, entrenaban a diario en la arena y se necesitaba mucha condición y fuerza. A cambio de estas dificultades, se les permitía vivir entre comodidades y en pocos años podían comprar su libertad. Se les consideraba como una clase privilegiada entre los esclavos porque, además, tenían acceso a armas de combate.

Dice la leyenda que en el año 73 a.C., un grupo de gladiadores, encabezados por Espartaco, escaparon de la escuela de Batiato y se refugiaron a las faldas del Vesubio. Muchos esclavos se unieron y se levantaron en armas para luchar por su libertad. Espartaco se las ingenió para liderar un gran ejército. Ninguna revuelta hecha por esclavos alcanzó la dimensión de la de este personaje. Nadie logró tal fama al alzarse contra el poder de Roma. En sólo dos años derrotó nueve veces las legiones romanas.

La serie, Spartacus, se distingue por su gran contenido sexual y violencia explicita donde la dominación de los dueños hacia sus subordinados es destacada, así como las intrigas para dar muerte a algún enemigo, o la interminable venganza de los esclavos para liberarse de un sistema que los oprimía y exprimía hasta quitarles todo por cuanto soñaban y deseaban.

Hay de todo: orgías convertidas en fiestas de negocios, encuentros sexuales para alcanzar una elevada posición social, intrigas políticas, excesos, abusos, seducción, infidelidad, triángulos amorosos, encuentros violentos entre gladiadores, la guerra rebelde, y muchos etcétera.

Asimismo, los caprichos de la élite se resaltan en escenas donde los esclavos debían satisfacer las necesidades sexuales de sus amos sin ninguna barrera o límite, observados por todos, incluso, en ocasiones, humillándolos. Además, en aquella época, los prostíbulos o lupanares eran comunes y en las paredes se pintaban las distintas posiciones sexuales que se ofrecían a los clientes.

No todo el sexo es forzado, también hay escenas de relaciones sexuales entre pareja, como las del protagonista con el gran amor de su vida, su esposa, o los encuentros de Crixus, la mano derecha de Espartaco, con la mujer que ama. Es más difícil encontrar el amor entre aquellos de clase alta, pues no faltaban las intrigas, pero a través de la evolución de los personajes notamos ese amor, un poco extraño, pero existe.

Aún cuando el sexo es una parte primordial de la serie, lo importante es entender que este siempre es justificado en la trama. No es que sea una producción pornográfica, sino que es un intento por retratar una época donde el sistema de clases, la dominación y los esclavos formaban parte de la vida diaria.

Esta serie, que sufrió la pérdida de su personaje principal a causa del cáncer, representó la brutalidad y la sexualidad que se vivió en una época histórica, compleja, de rebelión y de guerra.

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