La comunicación es crucial en todos los aspectos de la vida, somos seres sociables y, por lo tanto, nos es esencial comunicar lo que sentimos, nuestras necesidades, anhelos y disgustos para tener una vida sana. Con respecto al sexo, estar abierto y dispuesto a tener una conversación honesta sobre lo que te gusta o no practicar con tu pareja es primordial pues, de lo contrario, podría tener implicaciones negativas o transformarse en una relación plana o rutinaria que, quizás, acabaría por cansar a alguno de los dos, o a ambos.
Para tener una relación franca y abierta resulta indispensable abordar este tipo de temas sexuales para agregar suspenso, acción, aventura y romanticismo porque, de qué otra forma podrían saber lo que le gusta al otro, lo que más desea, sus fantasías, sus fetiches, y lo que no está dispuesto a hacer.
Para ello, es básico buscar un momento íntimo para tener una conversación sincera en un ambiente neutral y relajado porque, si se práctica regularmente, llegará a ser un tema del cual puedan hablar como cualquier otro, en complicidad, en absoluta confianza y con empatía. Finalmente, ambos comparten una misma pasión y qué mejor que estar en sincronía con lo que necesitan comunicar.
Resulta sustancial, además, establecer límites para saber hasta dónde llegarán; cómo les gusta practicar el sexo, si les gusta el BDSM, los tríos, el intercambio de parejas o swinging, etc. Y dentro de esto, justificar sus condiciones, como una forma de negociar, llegar a acuerdos para marcar parámetros. Pueden empezar de menos a más y así, llegará a ser un momento más natural y fácil de tratar.
De principio, podría ser una conversación incómoda, pero es importante tenerla de una manera honesta y con respeto para mantener una relación sana con mayor emoción. Es cierto que las parejas más felices no son las que no discuten o tienen problemas, sino las que resuelven los conflictos, las que se comunican; nadie es adivino sobre lo que le pasa al otro, sobre sus necesidades y deseos, y hay que usar las herramientas con las que se cuentan para expresarse y escuchar porque ya no estamos en la época de nuestros abuelos donde quizás, no estaba bien visto decir lo que a uno le gustaba sexualmente; ahora existe un elevado nivel de libertad sexual y miles de prácticas que podrían gustarnos más de lo que nos imaginamos.
Las conversaciones sexuales no son quejas para decir que la otra persona es mal amante o que no te hace sentir como quieres, son situaciones ideales para ser sinceros con lo que podría agregarse a esos momentos íntimos que beneficiarán a ambos.
Deja atrás los juicios porque, en el sexo, no existe lo bueno, lo malo, lo raro o lo normal; somos seres sexuales con distintas expresiones de la sexualidad y con fantasías muy personales, y es importante saber hasta dónde puede llegar tu pareja y si se siente abierta a experimentar y probar si le gusta o no tal o cual práctica, claro, respetando sus límites y pidiendo cosas que les apetezcan como decir guarradas, ser más participativos o si es se corre antes que tú, que te haga sexo oral o te masturbe y, así, dejarán las inseguridades atrás.
Tenemos un pasado, otros amantes, cada persona es un mundo y no se vale pensar que todos deben ser iguales al otro, no hay que confundirse y dar dobles mensajes. Lo importante es escuchar sin controlar y prepararse para la magia de la experimentación; lo que genere excitación y mucho más deseo. Recuerda que no es no, así es que respeta, da tu opinión, comunícate y prepárate. ¡Felices orgasmos!
Se acabaron los prejuicios! Para que una relación avance, cada vez es más necesaria la comunicación entre los miembros de la pareja.
Hablar de sexo es algo natural, y además afianza aùn más la relación.
No hay nada malo ni nadie se debe sentir ofendido
Como digo, debe se algo natural.
Saludos y gracias por compartir.