A pesar de todas las contraindicaciones que tiene la famosa píldora, incluyendo bajada de la libido, desregulación de la flora vaginal o cambios de humor, entre otros, este sigue siendo el método anticonceptivo más utilizado justo después del preservativo. Y lo más preocupante, el método más recomendado por los ginecólogos y expertos en consulta. Pero, ¿y qué pasa con el DIU? Hoy vamos a hablar de este método anticonceptivo que tiene una desmerecida mala fama.
El dispositivo intrauterino o DIU para los amigos es un pequeño dispositivo con forma de T que se introduce en el útero para evitar el embarazo. Una vez introducido en el interior, dura alrededor de 5 años en los que protege del embarazo a su portadora, y los efectos secundarios se limitan a molestias durante la colocación y algunos días después en la mayoría de los casos.
Por desgracia, en muchas clínicas ginecológicas se obvia como método anticonceptivo, ofreciendo como alternativa un enorme abanico de posibilidades hormonales. Existen testimonios de mujeres cuyo especialista les ha llegado a poner pegas absurdas para implantar este tipo de anticonceptivos. Esta reticencia por parte de los ginecólogos se ve de forma mucho más habitual hacia mujeres que no han tenido hijos. ¿La excusa? Estas molestias que se pueden ocasionar de que, al abrir el cuello del útero ligeramente, puede causar algo de dolor en la paciente. Más allá de eso, no está contraindicado por ningún otro motivo, a pesar de las leyendas que circulan por ahí.
Existen dos tipos, y en cualquiera de los dos, su sistema de funcionamiento es muy simple: en los DIUs no hormonales el cobre del dispositivo daña los espermatozoides e impide que se unan con el óvulo, y los DIUs hormonales espesan el flujo cervical para que el óvulo y los espermatozoides no lleguen a unirse.
Aunque se recomienda tener pareja estable para la implantación de esta vía anticonceptiva, lo único de lo que tenemos que ser conscientes es de que este método no nos escuda de las enfermedades de transmisión sexual. A sabiendas de esto, simplemente hay que tener clara nuestra decisión a la hora de consultar con nuestro ginecólogo qué clase de DIU es el que mejor encaja con nosotras según nuestro historial médico anterior.
Si aún tienes dudas y buscas tener más información del tema, os recomendamos que consultéis con vuestro centro de planificación familiar o con vuestro ginecólogo para que os asesore sobre el tema y os explique en detalle todas las partes del proceso, y dentro de tu investigación por internet sobre el tema, siempre puedes tirar de páginas de confianza como la de la Organización Mundial de la Salud.