La sociedad esta acostumbrada a ver campañas a diario que defienden el uso de preservativos como método de cuidado. Y con preservativo nos referimos al condón, ya que a pesar de que en estas iniciativas aparecen relaciones homosexuales únicamente usan al iluminado: el condón.
¿Qué pasa con todas esas relaciones lésbicas? ¿Acaso no necesitan protección?. Evidentemente sí, la necesitan. Este tema sigue siendo tan tabú que cualquier método que no sirva para evitar quedarte preñada parece no existir. El trato de la sexualidad en las mujeres arrastra a la sociedad a la presunción heterosexual, es decir, a pensar que las únicas relaciones sexuales que tienes las mujeres son con hombres. Esta concepción heterosexista obstaculiza la información para la protección sexual femenina.
Barreras de látex, tribandismo, condones (masculinos y femeninos) para penetraciones con juguetes, cambiándolos en caso de alternancia vaginal o anal y guantes de látex son algunas de las opciones para la protección sexual entre mujeres.
Hoy vamos a convertir ese famoso condón masculino en una barrera de látex para relaciones lésbicas. Para quien no lo sepa, las barreras bucales son preservativos compuestos por látex que sirven para proteger contra ITS (infecciones de transmisión sexual) y de ETS (enfermedades de transmisión sexual).
¡Te enseñamos cómo!
- Abre con cuidado el preservativo, sácalo del envoltorio y desenrolla.
2. Corta la punta del condón mientras lo estiras.
3. Cortar la parte superior del preservativo.
4. Corta a través del condón hasta conseguir un rectángulo con el látex.
5. Coloca el preservativo de forma extendida sobre la vagina o el ano y…. ¡a comer! 🙂