Imagina que estás en tu mejor momento. Tu vida no tiene ninguna grieta. Todas tus amistades son estables y de confianza, con tu pareja estás en esos meses de vivir en una nube. Te organizas bien el tiempo de trabajo, estudios, amigos, familia, relación para ver a todo el mundo. Y justo cuando menos te lo esperas te conviertes en el toro al que marean en una plaza. Exacto: te han puesto los cuernos. Llega la infidelidad.
En España el 31% acepta haber sido infiel a su pareja, según una encuesta del Huffington Post. Aquí se encuentra la polémica de qué se considera una infidelidad, existen varios argumentos. Hay quienes el solo filtrear con otra persona es motivo de ruptura. También está quienes ocultan relaciones de amistad a su pareja, y la más común mantener relaciones sexuales es el detonante para poner fin a una relación.
Nos encontramos antes dos tipos de infidelidades: emocional y sexual. Antes de profundizar piensa primero en qué es para ti ser infiel. Y con el tema de la infidelidad también entra la responsabilidad afectiva, que ya explicamos en otro artículo.
Infidelidad emocional
Una relación comienza cuando se crea un vínculo emocional. Esa conexión con la mirada, querer hacer todo con esa persona. Las famosas mariposas del estómago cuando habláis u os escribís. Pero cuando estos sentimientos empiezan a ser con otra persona, cuidado sin necesidad afectiva sexual, estamos entrando en terreno cochambroso. Es posible que nuestra pareja se enamore de otra persona de manera emocional.
En estas situaciones es importante la comunicación. Esto puede suceder por falta de atención, costumbre o rutina. También es verdad que nos cuesta admitir que no estamos hechos el uno para el otro. Y esta pequeña aventura emocional puede ser tan dolorosa como la sexual
Lío sexual
Esta nos suena un poco más. En este caso muchas veces lo emocional ni existe, es solo una atracción. Una noche loca, un amor del pasado o el/la amig@. Estas situaciones eran típicas antes, la manera mas sencilla de ser infiel. Con la llegada de las redes estas a un solo click de ser infiel. Con una aplicación ya puedes quedar solo para mantener sexo. Sheri Meyer, escritora, explica las infidelidades en su libro Chatting or cheating: «Con la llegada de los móviles, Internet y las redes sociales, es más fácil que nunca conectarse con cualquier persona, en cualquier momento, desde la comodidad de su sala de estar… y las personas que nunca pensaron que alguna vez traicionarían a su pareja pueden deslizarse sin saberlo por la pendiente resbaladiza del sexo emocional y las trampas».
En esta situación siempre se pide una justificación a la otra persona, es en este momento cuando entra ‘el manual no escrito de la infidelidad’. A quién no lo suenan la excusa de ‘estaba borrach@’ o ‘es que… como estábamos mal no pensaba que fuera a importante’, estas son un clásico. Otras son la joya de la corona según algunos lectores como ‘necesito hacerlo para estar bien conmigo’ ‘lo intenté sí, pero no llegue a excitarme como contigo, por eso no cuenta como infidelidad’. Pero a quién no ha tenido que decir alguna vez ‘¿pero no era solo un@ amiga@?’ y al final resultó que no.
Tras una infidelidad la persona que ha sido engañada puede tener varias secuelas, puede que a corto o a largo plazo, depende de la persona. En relaciones futuras puede aparecer la desconfianza o incluso la venganza de ser infiel esta vez para no volver a sufrir. Qué pasa con quienes son infieles, hay quienes se sienten orgullosos de estos actos y quienes se arrepienten, pero no les afecta tanto.
Después de cada infidelidad existen dos opciones la de perdonar o la de dejarlo todo, eso ya depende de cada uno. Pero advertimos que nada vuelve a ser los mismo después de la aparición de una tercera persona, en caso de que sea una pareja cerrada. Pequeño consejo a aquellos que alguna vez han pensado que por una vez no pasa nada. Parad y hablar con vuestra pareja, a lo mejor necesitáis un paréntesis o dejarlo porque no es lo mismo. Entre nuestros lectores ¿hay más toros o toreros?