Existen multitud de ideas y creencias erróneas sobre mantener sexo durante el embarazo. Muchas de ellas tienen que ver con el ámbito sociocultural en el que se encuentra la embarazada. Otras de estas ideas tan solo tienen que ver con la forma de pensar de la gestante que inicia una fase en la que desarrolla el sentido de la protección maternal.
Pero no. No existe ninguna evidencia de que mantener relaciones sexuales sea dañino para el bebé, ni que el feto pueda ver a sus progenitores hacer el amor, y hoy en El Sexo Mandamiento derrumbaremos esos mitos.
En primer lugar, cabe destacar que cada embarazo, así como las personas, es un mundo. No todas las mujeres están sanas o llevan un embarazo sin complicaciones. Ana Lombardía, psicóloga especializada en sexología y pareja, aclara que no deben mantenerse nunca relaciones sexuales si el médico de cabecera o el ginecólogo las prohíben. Esto puede deberse a factores que pueden dañar tanto al feto como a la mujer, como los son los embarazos declarados “de riesgo”, el tener enfermedades de transmisión sexual o la alta probabilidad de, por ser un embarazo delicado, sufrir un aborto. Por ello es muy importante siempre seguir las indicaciones de los especialistas a lo largo de la gestación.
¿Y si la embarazada tiene un alto apetito sexual? En los embarazos que transcurren con total normalidad, mantener relaciones sexuales con penetración es muy beneficioso para la madre. Lombardía señala que durante el embarazo suele haber tres fases de la libido sexual: durante el primer trimestre, las molestias causadas por los cambios hormonales (náuseas, mareos, etc.) hacen que la mujer apenas tenga apetito sexual; sin embargo, durante el segundo trimestre del embarazo, es muy probable que la embarazada recupere ferozmente el deseo, ya que la presión sanguínea de la zona vaginal aumenta, provocando incluso orgasmos más intensos y placenteros; finalmente, en el tercer trimestre, la libido vuelve a disminuir por la frustración que provoca la limitación de los movimientos debido al gran tamaño de la zona abdominal.
Hacer el amor, tal como indica la especialista, es muy bueno para las embarazadas, ya que mejora la calidad de vida y la forma en la que la mujer lleva el embarazo. También aumenta el estado de ánimo de la gestante y mejora el riego sanguíneo. Ana Lombardía recomienda que todo tipo de relaciones sexuales se practiquen con protección, no importa si es con tu pareja o con otras parejas sexuales. Aunque el riesgo de embarazo ha desaparecido, sigue existiendo el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
Sobre las posturas más apropiadas para practicar el sexo durante el embarazo, la psicóloga recalca que, en todo caso, deben ser cómodas para la mujer. El misionero, un clásico, podría resultar incómoda si el hombre bascula todo el peso en la barriga de la mujer. Por el contrario, la cucharita suele ser la más eficaz, ya que la barriga descansa sobre la cama y ambos pueden disfrutar plenamente. Hay que señalar que la postura del perrito podría resultar dañina ya que puede causar pequeñas hemorragias vaginales.
Pero no solo el sexo en pareja es bueno. La masturbación, tanto en solitario como acompañada, es beneficiosa para el proceso. Sin embargo, no es recomendable la utilización de objetos para la autosatisfacción. Es mejor utilizar las yemas de los dedos para estimular la zona del clítoris, ahora aún más sensible por el aumento de la presión sanguínea en la zona. Además, se puede complementar la estimulación de clítoris con el sexo oral y así se puede mantener el vínculo con la pareja y ambos disfrutan.