El succionador de clítoris me jodió la vida y no me arrepiento de nada. Yo que era la escéptica de los juguetes, la que necesitaba el calor humano de pronto se rindió a las bondades de la tecnología y sus juguetes provenientes del mismo infierno.
Todo comenzó… en la barra de aquel bar el día que llegó a mi casa un paquete de dudosa apariencia. Al repartidor le daba, pero esa es otra historia. El tema principal no es tanto el paquete como lo que contenía. No había remitente, no había una notita… solo el arma diseñada por el mismo Satanás para la extinción de la raza humana: un succionador de clítoris.
Porque todos sabemos que el succionador no es más que una herramienta política para el control de las masas. Una acción de las multinacionales para enfocar el mercado en el libre comercio de semen y hacer seres humanos a la carta. Y algo del 5G. O eso diría Miguel Bosé.
Me pongo a divagar, el caso: lo probé. No por mi gozo y disfrute, si no por la ciencia. Todo lo que hago y sale reflejado en este artículo es para uso de investigadores, grandes universidades y encuestas del INE. Supuse que tenía que relajarme y crear un ambiente propicio para tan magna hazaña. Puse mis mejores sábanas: las de Naranjito, el pijama de cuando duermes en el hospital y lo más importante: esperar a que mi familia se fuera de casa o se durmiera. Esperé a lo segundo, ellos NUNCA SE VAN.
Ilusa. (ADVERTENCIA: No uséis un succionador en casa si no os sabéis poner silenciador) Admito que no tenía muchas expectativas en el cacharro pero me tuve que tragar mis propias palabras. Lo encendí y aquello hacía ploc ploc ploc o algo así. Comprobé que podía subir o bajar la intensidad a mi gusto. Lo puse en el medio, ni mucho ni poco… y lo coloqué. Bueno, no lo supe colocar la verdad. Hombres: os entiendo, encontrar el punto exacto es difícil. Pero como soy mujer di con él y… al principio… bah no es para tanto… PERO LUEGO.
Luego… LUEGO. Ahhhhhhh…. y todo en silencio, y no podía hacer ruido y el ploc ploc ploc… y las sábanas de Naranjito a la lavadora, yo con los ojos vueltos y segura de que había tenido un viaje astral. Mi padres pensando que me estaban matando entre siete por los gritos que daba. En fin, todo muy almodovariano.
Resumen: por la ciencia probé el succionador tres veces más. Por asegurar los resultados, para que el estudio quede fiable. Que es un arma muy poderosa para que caiga en manos de cualquiera. Que me voy a morir soltera. Que la raza humana tal y como la conocemos va a dejar de existir. Gracias y buenas noches.