No hay mal que por bien no venga. Bueno, tampoco nos calentemos. La pandemia internacional del coronavirus se ha convertido en un inmenso trastorno que afecta a miles de individuos y ha matado a mucha gente. Demasiada. Millones de personas viven recluidas a la espera de que se reduzcan los contagios, una realidad que provoca aburrimiento y muchas horas libres en la más absoluta soledad. Por eso es buen momento para ponerse deberes en solitario e intentar mejorar sexualmente en la cuarentena.
Masturbación en cuarentena
Ay, golfillos y golfillas. La mezcla de tiempo vacío y la lejanía de posibles compañías sexuales lleva a lo que lleva: onanismo. Y no pasa nada, que nadie se sienta culpable por darse placer mucho más frecuentemente que hace unas semanas. Pero, ya puestos, hagámoslo con cabeza. Hay mucho que aprender, mejorar y obtener así beneficios para el día de mañana, cuando vuelva la libertad tras la cuarentena.
La irrupción del Satisfyer famoso y la habitual exhibición sexual masculina puede llevar a pensar que cuanto antes, mejor. La rapidez e inmediatez son solo aliados eróticos si el tiempo apremia y no hay otro remedio. La crisis del coronavirus, en cambio, no exige tanta premura. Una masturbación inteligente y con cabeza, dentro de los impulsos pasionales que la actividad exige, tiene beneficios.
Las mujeres han descubierto en los succionadores de clítoris que sus orgasmos pueden ser más intensos, ricos y variados. La multitud de modos que incluyen los juguetes eróticos permiten innovar, jugar y descubrirse sexualmente. Se puede aprender así a aguantar mejor el éxtasis y disfrutar más del camino, así como de encontrar nuevos ritmos y puntos erógenos que se puedan trasladar a un acompañante físico cuando este aparezca en escena.
Lo mismo pasa con los chicos. Incluso más. La velocidad de la masturbación lleva a que, en el momento del coito, se eyacule muy rápidamente y se generen frustraciones. Los masturbadores masculinos, ese prodigioso invento, facilitan programar un ritmo y autocomplacerse con calma mientras se fantasea, se mira un vídeo porno o sabe Dios qué hace la gente para tocarse en cuarentena.
Vida sexual durante la Covid-19
Hemos insistido muchas veces con esto: hay vida sexual más allá del cara a cara. El confinamiento ha provocado que muchas parejas vayan a pasar muchos días sin verse… en el cuerpo a cuerpo. Existe un sinfín de posibilidades para mantener contacto sexual con cualquier persona gracias al teléfono móvil o las conexiones en vídeo. Si puedes teletrabajar, puedes teledisfrutar.
La ducha se convierte en un recurso clave durante la cuarentena. Toda la familia, compañeros de piso o quien sea se encuentra pululando por casa: el virus del riesgo de pillada está en el aire y nadie quiere contraerlo. Por eso la duchaja acude en socorro o abre opciones como llevarse el móvil al baño y hacerse unas cuantas fotos o grabarse en pleno proceso. Tú eliges a quién le destinas el vídeo. Recuerda analizar también el cuándo: una sorpresa erótica siempre es bien recibida.
Los distribuidores siguen vendiendo productos eróticos aptos para reverdecer vuestra vida sexual, tanto solitaria como compartida. Una sugerencia: si alguna amistad tuya o pareja sentimental cumple años estos días y os separa la distancia… ¡Que os una el placer! Regálale ese producto erótico del que tantas veces habéis hablado gracias al dinero que estás ahorrando en gasolina o en irte de cañas.
Formación en sexualidad
Siempre nos quejamos de falta de tiempo y excesos de quehaceres para dejar de leer libros interesantes o pasar de esas series o películas «tan interesantes» que al final dejamos de lado. Ya no hay excusas. La cuarentena se presta para descubrir qué esconde el amplio abanico del mundo del sexo.
Quizá queden muchas semanas para volver poco a poco a hacer una vida normal. Los estragos del coronavirus son ya evidentes y van camino de crecer y crecer. Para ello es importante no salir de casa y gozar del mejor entretenimiento posible: el sexo, sea como sea.