No tengo ganas. Lo siento por todo mi club de fans, pero es que no me pongo cachonda ni queriendo. Que querer quiero, pero no se da.
Los bajos fondos de Villa Orgasmo atraviesan una crisis sin precedentes. Me río de la crisis sanitaria. Esto no se activa ni con el «Ella me levantó» de Daddy Yankee a las 5 de la mañana. Lo siento pero ni se me eriza la piel, ni se me acelera el corazón ni me entran calores incontrolables. Es más me da pereza.
Pensadlo. Ahora ponte a hablar con alguien. Fingiendo que ninguno queréis tema que te quema cuando realmente estáis hablando para qué ¿Para debatir sobre el área 51? Por Dios… (Mención aparte para los que cometen 5674836 faltas de ortografía por minuto, hay un rincón reservado en el averno para todos ustedes, gracias por su atención).
Quedar con alguien teniendo ganas ya es pesado pero SIN TENER jamás odiaréis tanto a la humanidad. A no ser que seáis trabajadores cara al público, en cuyo caso: mis respetos. Los temas de conversación pre-coito «¿De qué trabajas?» «Eres guapísima ¿no te lo han dicho nunca?» «Yo no suelo hablar tanto con alguien.» (SPOILER: sí.) Y tú allí asintiendo con la cabeza y reforzando la frágil masculinidad del sujeto que no deja de pavonearse y de hacer fuerza para que se le note la bola del brazo. Cosa que a mi me desconcierta porque parece que en cualquier momento se va a deshinchar o cagarse encima, una de dos.
Una vez pasado este trance, por no decir tortura inquisitoria, viene la parte «¿Te llevo a casa no?» Esta es la parte que llevábamos esperando toda la noche, la conversación sobre la culata de tu moto estuvo bien pero es que NO ME LLENA.
La mayoría de veces se acaba en el coche a no ser que tengas la inmensa suerte de o bien que él viva solo o tú. Yo soy de las que transita por la senda de la desgracia y los golpes de la cabeza contra la ventanilla. El gueto de la sexualidad. Un coche tiene su morbo, pero no es funcional, no me jodáis.
Y bueno, que que buena se ha quedao’. Mirando a la nada pensando en todo. Los dos nos miramos, ninguno se lanza. Tú ya te planteas el hecho de que solo le caes bien pero claro entonces qué hacemos en este descampado perdido de la mano de Dios. De pronto recuerdas aquel documental sobre el carnicero de Milwaukee… Y te besa. Por fin. A partir de aquí sabemos lo que hacer, hemos entrenado muchas veces, tú puedes. Crack. Máquina. Mastodonte.
Evidentemente no cabéis bien y se te acaba clavando algo que no es lo que quieres que se te clave. El te toca pero lo apartas porque cariño, ni mi coño es una camisa ni tú le tienes que quitar la mancha de vino. Eso si te toca, los hay que directamente urgan, porque eso no es tocar. He notado dedos en el paladar de lo fuerte que han ido. Señor. En algún momento sin motivo ni razón te van a meter una polla en la boca. Sin condón OBVIAMENTE ¿Qué somos? ¿Personas civilizadas? JAMÁS.
Y tú de lo que tienes ganas es de que te bajen al pilón. Y te dicen «Es que eso me da asco.» Aplausos, medalla, pelea con botellas de champán, Los Toreadores de Bizet. Si esto os pasa os vais. Tremenda falta de respeto al sexo. T-R-E-M-E-N-D-A.
He obviado el tema olores, externos y propios, que dan para un artículo aparte. El agua no desintegra, úsala. Gobierno de España.
El acto. Pim, pam pum. Pueden encontrarte cosas colosales o culebrillas de agua dulce. Y cosas normales. La clave está en saber usarlas. Que parece fácil, pero no lo es. Lo mismo pa nosotras. No vale hacer estrella de mar, un respeto. Dios nos dio la basculación de cadera para algo.
Se corre, él claro. A ti ni te pregunto. si estás lista sí pero como no hables… calentón pa casa y Vladimir. La vida.
Y te levantas al día siguiente y piensas «¿Mereció la pena?» si hay agujetas y un escozor travieso a la hora de hacer pis: Sí. Todas las demás son incorrectas. Y sobre todo si nos sentimos a gusto con lo que ha pasado.
Pa un rato cogemos al guapo de coche potente, pero después viene uno que te folla la mente y ahí amiga mía la has cagado. De un coche se sale, de una mente… eso se te queda tatuado de por vida. Salud, orgasmos y libertad amigos. Y ganas, muchas ganas.