Creo que a muchas de las que nos pasa esto lo hemos descubierto más tarde de lo que debiera y casi de casualidad. Yo lo descubrí mientras me masturbaba en un día en el que estaba especialmente encendida y motivada, aunque ya tenía sospechas de que sí era una de ese porcentaje de mujeres que pueden. Lo malo es que, aunque después de eso estuve investigando por internet, y aunque haya cientos o miles de artículos hablando sobre el tema, no me sentí identificada con casi nada de lo que había allí escrito excepto con que había me salido un chorro enorme de líquido de la vagina ese día mientras me masturbaba. Aunque me costase creerlo, conocía perfectamente su nombre: squirting o eyaculación a chorro.
Quiero compartir mi experiencia por si hay más almas perdidas y descarriadas que no se ve del todo identificadas con los blogs que hablan del tema en revistas de mujeres modernas que parecen que han sacado la información de haberlo investigado en wikipedia y poco más.
No digo que lo que haya por ahí escrito no sea cierto, pero aquí cada cual tiene su cuerpo y la voz de la experiencia también tiene su importancia en estos temas. En primer lugar, y estarás harta de escucharlo, no te obsesiones con el tema. La magia del sexo está en disfrutarlo, con o sin squirting. En este texto voy a hablar de masturbación, porque aunque con otras personas también exploras los límites de tus gustos y del cuerpo, a solas es cuando no existen los complejos de ningún tipo.
En primer lugar, es necesario recordar que el cuerpo avisa, así que yo te recomiendo que no le tengas miedo a las nuevas sensaciones y te dejes llevar mientras experimentas con tu cuerpo. Lo digo porque muchas veces cuando sentimos algo muy fuerte y desconocido nuestra reacción es parar, y ese es el primer error. En particular, la estimulación que en última instancia me lleva al squirt se parece mucho a las ganas de orinar, y por eso mismo yo antes paraba en este punto. Para estar más tranquila en este tema, yo siempre voy al baño antes de masturbarme o mantener relaciones. Si no vas al baño puedes tener un squirt igual, pero lo cierto es que aunque ese líquido no es orina, sí que hay componentes de la orina en el squirt. Estos componentes tienen proporciones irrisorias si has ido antes al baño, pero pueden concentrarse más si te saltas este paso, con el inevitable aroma acompañante.
Lo dicho, aquí cada cual tiene su cuerpo, y en muchos sitios hablan de que el squirting se produce estimulando el punto G, sin embargo, en mi caso no es así. La estimulación que a mí personalmente me provoca el squirt está en la parte externa del clítoris. Esto no significa que me haya estado estimulando esta zona en exclusiva, sino que, dentro de una estimulación normal, con o sin penetración, puede llegar el punto en el que el cuerpo sólo te pida más, y aquí es donde entra en juego el conocer bien qué punto es el más estimulante para ti. Tiene que haber una excitación enorme para que llegue el squirt. Y aquí amiga, es el momento en el que yo voy a mi punto mágico y estimulo hasta que se hace la magia. Y aquí hablo de punto mágico porque igual que para las revistas es el punto G y para mí el clítoris, supongo que cada una tendrá el suyo propio.
Ni que decir tiene que, si juegas con juguetes, juegas con ventaja. Aunque es perfectamente factible tener un orgasmo a chorro solo con las manos, a mí el succionador de clítoris me produce squirtings en serie, así que no te cortes en usar tu juguete favorito para darle al tema.
Respecto a cuánto sale, la cantidad varía de una vez a otra, de lo excitada que estés en ese momento, y de cuántas veces antes te has corrido a chorro en una misma sesión. Evidentemente también entra en juego lo hidratada que estés en el momento, pero en general, en un primer squirting se puede expulsar el equivalente aproximado a medio vaso de agua vertido sobre la cama.
Ten en cuenta que esta cantidad de líquido sobre la cama va a mojar, y que una sola sábana no va a ser suficiente para que no llegue al colchón, así que toma las precauciones que consideres. En caso de que no tengas otra cosa, una toalla doblada puede hacer el apaño por evitar empaparlo todo, pero no es lo ideal. Al universo agradezco que existan cubrecolchones fabulosos que no dan calor ni tienen el tacto horrible a plástico que tenían antes las empapaderas pero que impermeabilizan igual.
Por último, y como mención aparte, como comentaba antes, lo que hay que hacer es descubrir el límite de las sensaciones hasta que nos acostumbremos a ellas. Al menos en mi caso, desde el primero he tenido muchos más porque se descubre cómo es lo que se siente, a lo que lleva y cómo se estimula mejor. Es muy probable que una vez abras la puerta del squirting ya no haya vuelta atrás y, si eres como yo, cuanto más los tengas más fácil te resultará tenerlos.