¡Ay, el orgasmo! Ese fin cuya consecución parece justificar cualquier medio en la cama. En las mujeres, el clímax resulta más complejo de identificar, salvo que seas un hacha reconociendo las contracciones vaginales o que tu compañera te deleite con un sonoro ‘¡me corro!’. Sin embargo, en el caso masculino, la cúspide del placer se manifiesta de forma evidente, ya que va acompañada de la expulsión de semen, siempre y cuando no se tenga lo conocido como ‘orgasmo seco’.
La eyaculación del hombre es un momento que permite dar rienda suelta a muchas fantasías y juegos en toda relación sexual, sobre todo a la hora de decidir el lugar sobre el que caerán esos últimos e intensos coletazos de placer. Uno de los lugares más populares -quizá por el morbo añadido que supone- es la boca del acompañante sexual. Tanto es así, que esta socorrida escena final de gran cantidad de películas porno, atrae a una amplia mayoría del público masculino.
Entre las claves del éxito de esta conclusión sexual, se encuentra precisamente la excitación añadida por imitar aquello que se muestra continuamente en las producciones del cine para adultos. Pero, lo cierto es que, detrás de las ‘eyaculaciones bucales’, existe también un ingrediente psicológico de aceptación e intimidad con la pareja.
A pesar de estas razones, para muchas mujeres esta práctica no resulta tan placentera ni tan excitante como pudiera serlo para el sexo masculino, fundamentalmente por las características de olor y sabor del semen, aunque estas condiciones varían considerablemente de un hombre a otro.
Una cuestión de dieta
El estilo de vida resulta fundamental para que el sabor del semen resulte agradable. La ventaja de esto es que, si a tu pareja no le gusta, siempre puedes probar cambiando tus hábitos alimenticios, aunque, a priori, lo ideal es llevar una dieta basada en verduras frescas y fruta, de esta forma se conseguirá un gusto muy suave, casi inexistente.
Si se consume mucho arroz, pasteles, patatas o hidratos en general, el sabor tirará hacia el dulce y, en caso de que la alimentación se base en carne roja o verduras y hortalizas como las espinacas y los espárragos, el gusto será más bien tirando a agrio o ácido. El peor de los casos se encuentra relacionado con hábitos nocivos para la salud, como la ingesta de alcohol o el tabaquismo. En estas circunstancias lo habitual es que el semen sepa amargo y desagradable.
Refuerzo para la salud
Mucho se ha especulado sobre los beneficios o las desventajas para salud de tragar estos fluidos, pero finalmente parece que la balanza se inclina hacia el lado positivo. O al menos eso es lo que han dilucidado varios investigadores de la Universidad St. Austin de Carolina del Norte en un estudio sobre los efectos de la ingesta del semen y los líquidos vaginales.
Entre los beneficios destacados dentro de esta investigación, se encuentran algunos tan sorprendentes como el hecho de que el esperma resulte efectivo contra los problemas de la vista, elimine dolores pélvicos y de cabeza, prevenga infecciones urinarias o acelere el crecimiento de las uñas. Aunque si una parte del organismo sale más favorecida, es sin duda, la piel, ya que el semen contribuye a su hidratación y previene además este tipo de cáncer.
De cualquier forma, esta no deja de ser una cuestión más de gustos -nunca mejor dicho- y, pese a las revelaciones de la ciencia y a las dietas milagrosas para mejorar su sabor, muchas mujeres continuarán pensando que todos estos datos no son más que excusas que utilizan los hombres para llevar a cabo una de sus fantasías más anheladas. Aunque claro, la salud es lo primero.