Los mitos y las leyendas llegan también hasta el terreno sexual. No pasaría nada si estos ‘cuentos’ se quedaran en meras historietas relativas a que tal portento sexual tenía un miembro de 40 centímetros o a que cual actriz porno logró estar una enorme cantidad de horas practicando sexo. Ojalá se tratase de esos mitos.
Por otro lado, existen fábulas sexuales que pueden poner en riesgo la salud de los osados que las practican y, precisamente, son esas las que hay que desmitificar mediante una adecuada educación sexual. Como ya se adelantó en El Sexo Mandamiento, el mundo de la profilaxis es muy complejo y ofrece un gran abanico de opciones. Lo importante es reconocer cuál de estas alternativas se ajusta más a cada organismo con sus respectivas y particulares necesidades.
Sin embargo, ya a priori se puede establecer una división contundente entre qué sí, qué no, y qué jamás debemos utilizar como método anticonceptivo y, mucho menos, como medida de protección frente a ETS. Si los preservativos masculino y femenino se configuran como una buena opción para prevenir las dos circunstancias anteriormente mencionadas, existen cuatro alternativas aún hoy comunes que pueden dañar gravemente la salud de quien las practica y que, por tanto, no se consideran formas de anticoncepción.
‘Antes de llover, chispea’
Esta conocidísima frase, que bien podría ser incluida ya dentro del extenso refranero español, no hace referencia más que a la marcha atrás. Este método, también conocido como coitus interruptus, consiste en retirar el pene de la vagina instantes antes de que se produzca la eyaculación. Efectivamente, si el semen cae fuera del aparato reproductor femenino las opciones de se produzca un embarazo disminuyen considerablemente -no ocurre lo mismo con el riesgo de contraer una ETS.
Lo que muchos asiduos de esta técnica no tienen en cuenta es precisamente ese ‘chispeo’ anterior al clímax. Durante la relación sexual, los hombres expulsan el llamado líquido preseminal que, a pesar de poseer una función lubricativa y de no contener esperma como tal, puede arrastrar espermatozoides rezagados de eyaculaciones previas y aumentar el riesgo de embarazo no deseado.
La marcha atrás no es el único caso de anticonceptivo que no funciona como tal; otra de estas malas alternativas es el lavado vaginal. Este método consiste en la introducción de agua mezclada con jabón antibacteriano en la vagina mediante la ayuda de una pera. El lavado vaginal es totalmente ineficaz, ya que los espermatozoides tardan solo cinco minutos en llegar hasta las trompas de Falopio y apenas 90 segundos en alcanzar el cuello uterino. Además de no servir como forma anticonceptiva, este procedimiento puede acarrear problemas de salud a mayores, como infecciones o inflamaciones pélvicas.
A estas técnicas no-anticonceptivas se unen también los espermicidas y los inductores de la menstruación. Los espermicidas son productos químicos en forma de cremas, geles o supositorios que se encargan de ralentizar los movimientos de los espermatozoides. En caso de utilizarse como único método contraceptivo tienen una eficacia excesivamente baja, por ello lo más recomendable es añadirlos a otros procedimientos de barrera, como es el caso del diafragma, el capuchón cervical o la esponja anticonceptiva.
Por último, aunque no con unos efectos menos alarmantes, se encuentran los ya citados inductores de la menstruación. Estos fármacos producen un sangrado menstrual, pero únicamente en caso de que la ausencia del periodo se deba a un retraso por la irregularidad del ciclo. Sin embargo, existe la creencia errónea de que estos productos poseen la capacidad de interrumpir un embarazo, como si de anticonceptivos de emergencia se tratase. Nada más lejos de la realidad.
Procedimientos hay muchos, válidos y seguros, tan solo unos cuantos. Aunque cualquiera de estos métodos -que de por sí no resultan anticonceptivos- pudiesen funcionar como una vía para prevenir el embarazo, en ninguno de los casos protegen a los cuerpos implicados en la relación sexual de las temidas ETS. Elegir bien y cuidarse es el primer paso para disfrutar del enorme placer que nos brinda el sexo.
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