Robert Plant no gime y finge un orgasmo por casualidad en la archiconocida Whole lotta love, emblema del Led Zeppelin II de la banda británica, que acompaña a menudo los programas de El Sexo Mandamiento. La verdad es que Plant, Bonham, Page y Jones no fueron un cuarteto más ni de la historia del sexo ni de la música, convirtiéndose en auténticas leyendas en ambos apartados, aunque sus hazañas más conocidas son sobre los escenarios.
Fuera de ellos, se caracterizaron por una vida salvaje, abarrotada de drogas y desenfreno, lo cual fue una de las causas de la triste disolución del grupo en 1980 tras la defunción de Bonham, su batería. El sexo es una parte fundamental de la biografía de estos londinenses, que, junto a un tiburón y a una joven groupie protagonizaron uno de los grandes escándalos sexuales del rock.
Corría 1969 cuando se supo que, en una noche de hotel, Richard Cole, pipa de la banda y ‘Bonzo’, como se conocía a su batería, ataron a la cama a una joven seguidora de apenas 17 años, que fue objeto de sus perversiones. El hotel daba al mar y, tras una provechosa tarde de pesca, este dúo decidió utilizar una cría de tiburón para masturbar el clítoris de su bisoña fan, llamada Jackie. Según relatan las crónicas, esta era pelirroja, así que Cole no tuvo mejor idea que introducirle por la vagina un pargo, que es de color rojo, al son de: «Vamos, tía, a tu pargo colorado le gusta este pargo colorado«.
Otro episodio vinculado con la mar salada reúne en una bañera a Jimmy Page, Cole y dos de sus adeptas, pero con la compañía de cuatro pulpos vivos. Se comenta que, para una de las invitadas a este charco de perversión, la experiencia fue como «tener un vibrador de ocho brazos«.
Esta auténtica salvajada no fue la única, ni mucho menos, que acumuló Led Zeppelin en su historial. Jimmy Page, brillante cuando tocaba los dos mástiles de su guitarra, no rehuía las compañías femeninas menores de edad. Lori Maddox, de apenas 14 años, fue la concubina de Page durante unos dos años de la desenfrenada y lisonjera década de los 70.
El continente asiático tampoco huyó de las anécdotas de Led Zeppelin, concretamente Japón. En Tokio, una macroorgía se saldó con una joven saltando por las ventanas del hotel con la ropa de los componentes de esta banda. La ira de Page fue tal que, con una terrible cantidad de sustancias en sangre, acometiera con una katana contra el mobiliario de la estancia. Lo normal cuando te dicen que no y se llevan tus vestimentas, vaya.
Ni siquiera las presentaciones de los discos se libraban de escándalos sexuales. Houses of glory, uno de los grandes trabajos de la formación y el quinto en su historial, se hizo con el disco de oro en Suecia, y allí fueron Plant y compañía. Cómo no, no fue un acto normal, pues en Estocolmo se recuerda aún que se celebró en Chat Noir, una sala pornográfica de la capital, con la agradable presencia de una pareja teniendo sexo en plena gala. Difícil de olvidar ese 5 de marzo de 1973.
Estas hazañas se llevaron a cabo con la siempre negativa influencia de las drogas y el alcohol, que llevaron a Led Zeppelin al sadomasoquismo y a las excentricidades sexuales. Muchas más de estas andanzas se encuentran en su biografía, Hammers of God, en la que se denota la influencia de la mitología nórdica en los firmantes de canciones tan míticas como Black Dog, Kashmir, Stairway to Heaven o Whole lotta love. Mezclas curiosas, como otras mezclas que daban pie a introducir pescados por vaginas ajenas.
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