Como un acto reflejo, el común de los chicos entrecierra sus piernas y encoge su pubis cuando, por ejemplo, ve que en un partido de fútbol un jugador se lleva un balonazo en la entrepierna. Por cuestión de instinto y de sentido común, el área genital es la zona más custodiada y protegida por los varones, ya que al tener un aparato reproductor externo sus gónadas son susceptibles de no pocas desgracias.
El pene es objeto de mimo y respeto, ya que requiere unos cuidados y atenciones habituales. Carecer de él sería un drama para un procentaje elevado de los hombres. Uno de los grandes riesgos que implica el sexo es que el miembro viril, herramienta fundamental para estos menesteres, puede sufrir una fractura en medio de un intenso acto sexual o en la masturbación en la mayoría de los casos. Sea como sea, esta lesión puede ser terrorífica, dentro de que es grave de por sí, si no se realiza una cura y un tratamiento adecuado.
«Crac»
Esta onomatopeya, o una muy similar, se escucha cuando se produce una fractura de pene. Suele ocurrir cuando se realiza una penetración demasiado forzosa, de ahí la importancia de los lubricantes para que todo fluya como es deseable. El pene erecto sufre una presión desmedida y se rompe el tejido, a lo que sigue un inmediato dolor y una hemorragia tanto en el pene como en los testículos.
La erección se desinfla prácticamente de inmediato, así que muchas ganas no quedan de continuar el coito. Si la uretra ha sido afectada, podría incluso salir sangre a través de ella, de modo que la situación requiere inmediatamente acudir a las urgencias del hospital más cercano. En caso de fractura, lo primero que hay que hacer es dejar a un lado el sexo y pensar con la cabeza, poner hielo a la zona afectada para que la inflamación no siga creciendo y dirigirse rápidamente en busca de ayuda médica.
La forma de actuación más recomendable es la intervención quirúrgica, aunque es el personal sanitario quien ha de tomar la decisión más adecuada para el paciente. Es importante dejar a un lado la vergüenza y contar exactamente qué ha ocurrido para que los doctores sepan bien lo que hacer.
Aunque en ciertas ocasiones se puede drenar el hematoma y cicatrizar con puntos, lo más común es realizar una operación prácticamente de inmediato, cuanto antes mejor. Esta intervención consiste en evacuar esa sangre y reparar el tejido roto y, una vez salido del quirófano, emplear un vendaje especial que favorece la cicatrización. Dado el dolor que hay de por medio, la ingestión de analgésicos y antiinflamatorios para tratar de agilizar el periodo de recuperación y que el sufrimiento sea el menor posible.
Durante el proceso de cura, el afectado no debe mantener encuentros sexuales en los que su pene esté implicado, ya que todo podría irse al traste y repercutir negativamente en el desempeño sexual posterior. Tras unas semanas de abstinencia carnal y paciencia, la fractura se habrá solventado y el miembro ya estará listo para recuperar la vida sexual como si nada hubiera pasado y con una valiosa lección bien aprendida.
A pesar de que la intervención médica es la decisión más adecuada, esto no implica necesariamente que la herida no vaya a cicatrizar si no se acude al hospital. La Naturaleza es sabia y sabe curar estos acontecimientos, pero no hasta el punto de que el pene vuelva a ser exactamente lo que era. El tejido eréctil dañado puede hacer que se pierdan las capacidades biomecánicas del mismo, esto es, su capacidad eréctil.
Por otro lado, el hematoma será más doloroso y prolongado que si se drenara. La rotura, por si fuera poco, puede provocar un encorvamiento del pene hacia el lado en el que se produjo la fractura. Queda claro, pues, que lo mejor es acudir cuanto antes a un especialista.
La fractura del pene, pues, puede ocurrir. Esto no implica que haya que rebajar la pasión sexual, sino que es bueno ser precavido y asegurarse de que haya una buena lubricación -y protección- para que lo único que se rompa durante el sexo sea alguna varilla del somier.
3 comentarios en «Los penes también se fracturan»
Los comentarios están cerrados.