Durante un tiempo tuve un novio. Ahora no tengo, pero cuántas historias por contar me quedan. La primera persona con la que mantuve relaciones sexuales era un parguela, porque la sacaba para ensañarla. Después de un polvo mas bien mediocre, me atrapó entre sus brazos y me dio un abrazo que no olvidaré jamás. Tres sesiones de fisioterapia en mi hombro derecho para quitarme una contractura que no me dejaba ni respirar. A partir de este momento comprendí que hay que calentar antes de salir a jugar.
Las lesiones en pleno coito son el pan de cada día de muchos mete-saca. Como siempre, en mis reuniones con amigas en las que siempre hablamos de todo un poco, pero de nada en particular, surgió el tema al que recurrimos para reírnos un rato: sexo en casa. Las que no tenemos relaciones personales íntimas actuales, simplemente, hablamos del pasado. Hace poco comentamos una rama sexual a la que no habíamos llegado nunca, por razones que desconozco. A continuación os voy a presentar las lesiones más comunes que presentan los jóvenes con los que tuve el placer de compartir cama y conversación.
En este enlace os dejo un podcast sobre sexo desagradable: experiencias y remedios
La primera y la que sin duda no puede faltar es: ¡Ay joder! El gemelo, para para. La subida de gemelos es la razón más frecuente por la que paramos en boxes y el chico de turno tiene que dejar de hacer lo que buenamente estaba haciendo para coger tu pie e intentar estirar tu pierna. Un gesto de amor y empatía innegable. No es mi contratiempo sexual favorito, pero sí el más gracioso. Cuando ese músculo, que va por libre, se desplaza sin que nada ni nadie le haya tocado es un momento para actuar rápido y sin que el chico se de cuenta cambiar la pierna de postura e intentar levantar la punta del pie para que ese gemelo no se mueva de su sitio y así disimular lo bien que lo estás pasando.
Otro daño colateral de cometer actos impuros es el pinzamiento de cadera. Suele pasar cuando el chico está encima y quiere que apoyes tus talones sobre sus hombros. A veces se da cuando el fenómeno, crack y mastodonte permanece tumbado entre tus piernas con el cuerpo sobre el tuyo como si fueses un colchón viscoelástico, y no. Una cansada ya de hacer malabares con las piernas, las pone donde puede. Eso sí, cuidado con la cadera traicionera que juega malas pasadas y tienes que recolocarla con mucho cuidado estirando y cerrando las piernas.
También hay algunas posturas, concretamente, a cuatro patitas y tumbada boca abajo, en las que los hombres se envalentonan como un animal y la fuerza se le va de las manos. Que seas un macho ibérico empotrador o eso intentes, no te da derecho a destrozarme la espalda cariño. Algunas veces he llegado a pensar que no se dan cuenta que las mujeres también tenemos columna vertebral y no es de goma, no se dobla. Es más, me la parto cuando tengo que sacar culo.
Recomendación personal para una mejor experiencia boca abajo: un cojín debajo, entre la cadera y la barriga, para elevar el culo y que no os maten las contracturas al día siguiente. Es un consejo que, por si no lo sabíais ya, os regalo. En Sexo Mandamiento consejos vendemos, pero para nosotros no tenemos. Estos pequeños problemas no tienen que arruinarte el coito, pero estos sí.
Y por último, pero no menos importante, recordemos que este tipo de ejercicio físico requiere de fuerza en los brazos y en las piernas, por eso amigxs, una de las mejores posturas para un sexo de calidad es la cucharita. Sin embargo, vale la pena partirse la espalda para una experiencia más salvaje.